Shewatsel, Leh, Ladakh UT, India - La gente empezó a afluir a la zona de enseñanza de Shewatsel poco después de que saliera el sol esta mañana. Finalmente, se calcula que unas 45.000 llenaron el terreno. Su Santidad el Dalái Lama se dirigió desde el Shewatsel Phodrang hasta el pabellón de enseñanza en un carrito de golf. Delante de él caminaban monjes con sus sombreros amarillos ceremoniales tocando largos cuernos tradicionales. Un simbólico parasol amarillo de seda ondeaba sobre el vehículo. Su Santidad sonrió y saludó a la multitud a su paso. Mientras tanto, ante el trono, los escolares locales exhibían sus habilidades para el debate.
En el pabellón de la enseñanza, Su Santidad presentó sus respetos y encendió una vela ante la imagen de Buda. Los invitados congregados lo saludaron mientras salía al borde del escenario ante el trono. Desde allí sonrió de nuevo y saludó a la multitud a la izquierda, a la derecha y al frente, además de hacer un gesto hacia el espacio superior. Decenas de miles de personas unieron sus manos en oración en respuesta a su saludo.
Los Lamas y Tulkus locales se sentaron alrededor del trono mientras Su Santidad tomaba asiento. Funcionarios de la Asociación Budista de Ladakh (LBA) y de la Asociación Gonpa de Ladakh (LGA) y patrocinadores de la ocasión realizaron una ofrenda formal de mandala.
«Hoy, aquí en Ladakh, voy a pronunciar un discurso sobre las enseñanzas de Buda —comenzó Su Santidad—. Todas las tradiciones religiosas nos enseñan a ser amables y serviciales los unos con los otros, lo cual aprecio. Valoro y respeto todas las tradiciones religiosas. Cuando viajo a diferentes lugares en diferentes países, intento visitar los lugares de culto de otras personas si puedo.
»La gente en esta tierra lucha entre sí por diversas razones, pero cuando lo hacen en nombre de la religión, es realmente lamentable. Esta es una de las razones por las que me esfuerzo por establecer la armonía interreligiosa.
»Aquí en Ladakh, por ejemplo, la mayoría de la población es budista, pero también hay una importante comunidad de musulmanes, así como crecientes comunidades de cristianos y de personas pertenecientes a las tradiciones no budistas de la India. Puede que todos ellos tengan diferentes sistemas filosóficos para explicar sus tradiciones, pero al final sus consejos se reducen a diferentes formas de servir a otros seres. Los cristianos, por ejemplo, son conocidos por su labor educativa y sanitaria. Todas estas tradiciones hacen el bien, por eso es importante que se lleven bien entre ellas. Y pueden conseguirlo reuniéndose de vez en cuando para conocerse mejor.
»Hoy hace buen tiempo. No hace ni demasiado calor ni demasiado frío. Aunque son invisibles para nosotros, siento que los espíritus, dioses y deidades locales se han reunido aquí también para escuchar las enseñanzas.
»Hoy repasaremos las Treinta y siete prácticas de todos los bodisatvas de Gyalse Thogme Sangpo. El autor era un bodisatva que meditaba en las cuevas de Ngulchú. De los muchos aspectos de la práctica budista en los que se involucró, se centró sobre todo en la bodichita, en cultivar la mente altruista que aspira al despertar. Mañana daré la iniciación de Avalokiteshvara, el Gran Compasivo.
»Recibí la explicación de este texto del Maestro Kinnauri, Khunu Lama Rinpoché. Es una enseñanza muy beneficiosa que trata sobre la bodichita y la conducta del bodisatva. Medito sobre la bodichita todas las mañanas nada más levantarme. No hay mejor manera de cumplir nuestros propios objetivos o los de los demás. Me da valor para trabajar por todos los seres sensibles mientras exista el espacio.
»Cuando pienso en beneficiar a todos los seres sensibles y no hacer daño a nadie, me produce un estado de ánimo alegre. Contribuye a que esté en buena forma física y me asegura un sueño profundo».
Su Santidad mencionó que en todo el mundo se habla de paz. La Primera y la Segunda Guerras Mundiales del siglo pasado fueron un periodo de gran violencia. Se utilizaron muchas armas para matar y destruir. Pero no basta con declarar que hay que poner fin a la guerra, dijo, si nuestro objetivo sigue siendo nuestra propia victoria y la derrota de los demás. Señaló que todos formamos parte de la sociedad humana y que todos dependemos de los demás.
Observó que aunque tengamos diferentes formas de pensar, eso no es excusa para pelearnos unos con otros. Hizo hincapié en que necesitamos tener conciencia de la unidad de la humanidad y deseo de establecer la paz. Hoy en día, debido a que todos somos mucho más interdependientes, necesitamos una fuerte conciencia de hermandad.
Su Santidad señaló que, desde que nacemos, todos nos nutrimos de amor y afecto. Los niños responden abiertamente a sus semejantes sin discriminación alguna. Sólo cuando crecen aprenden a distinguir a unos de otros.
Podemos tener diferencias de sistema económico, pero aun así debemos vivir en paz y cooperar con nuestros semejantes. Debemos pensar en términos de beneficio mutuo, no en términos de «nosotros» y «ellos».
Reiteró que no basta con hablar de paz. La verdadera paz mundial sólo llegará cuando reduzcamos la arrogancia y los celos, la ira y el odio y aumentemos nuestra conciencia del amor y la compasión. Su Santidad subrayó que todos sufrimos la crisis climática y el calentamiento global, por lo que debemos ayudarnos unos a otros.
«Ser afectuoso es algo básico en la naturaleza humana —continuó Su Santidad—. Al principio de nuestras vidas no deseamos luchar. Pero a medida que crecemos, aprendemos a pensar en términos de “nosotros” y “ellos”. En su lugar, deberíamos pensar en todos los seres humanos como parte de “nosotros”. La paz mundial no caerá del cielo ni brotará de la tierra por sí sola. En su Ingreso al camino medio, Chandrakirti elogia el valor de la bodichita al principio, en medio y al final del camino. Por lo tanto, debemos aumentar la compasión y reducir los pensamientos negativos de nuestra mente; eso es lo que se enseña en este texto.
»Por lo que a mí respecta, la bodichita es mi práctica principal y mi oración diaria se resume en estos versos:
»Que, mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
»Veamos el texto. Como he dicho antes, recibí una explicación del mismo del Maestro Kinnauri, Khunu Lama Rinpoché, Tenzin Gyaltsen. Cuando ambos estaban aún en el Tíbet, mi tutor principal, Kyabjé Ling Rinpoché estudió poesía con él. Así que, cuando expresé mi deseo de recibir enseñanzas de Khunu Lama Rinpoché, Ling Rinpoché dijo que sería bueno hacerlo.
»Cuando lo conocí, le pregunté a Khunu Lama Rinpoché si había estudiado el Bodhicharyavatara de Shantideva, la guía del Modo de Vida de los bodisatvas y me dijo que era su práctica principal. A su debido tiempo, me la enseñó y ha sido muy beneficiosa para mi mente. Desde que recibí su explicación, siempre he tenido una copia a mano junto a mi cama.
»Tenemos prácticas de deidades según las cuales nos imaginamos a nosotros mismos como deidades, pero es la Vía del bodisatva lo que realmente ha sido beneficiosa para mi mente».
Volviendo a las Treinta y siete prácticas de todos los bodisatvas, Su Santidad observó que las primeras líneas consisten en un homenaje a Avalokiteshvara, que encarna la compasión del mismo modo que Manyushri encarna la sabiduría. Es gracias a las oraciones pasadas que ahora nos sentimos cerca de Avalokiteshvara y recitamos su mantra.
La estrofa siguiente incluye la promesa del autor de componer el texto. Su Santidad señaló que innumerables Budas han hecho de la bodichita su práctica principal y, en consecuencia, han servido a los seres sensibles. Así pues, como seguidores del Buda Shakyamuni, nosotros también debemos cultivar la bodichita.
Su Santidad afirmó que todos decimos: «Tomo refugio en Buda», pero debemos preguntarnos qué significa la palabra Buda. La primera sílaba del término tibetano «Sang-gyé» indica a alguien que ha derrotado todas las impurezas que comprenden las emociones destructivas y sus manchas residuales. La segunda sílaba representa ver con claridad todo lo que hay que conocer, como las Dos Verdades. El Buda, por tanto, es alguien que ha derrotado todas las negatividades y obtenido un conocimiento pleno y claro de todo lo que hay que conocer.
El logro de la iluminación perfecta, prosiguió Su Santidad, no ocurre sin reunir sus causas y condiciones. No sólo necesitamos estar decididos a alcanzar la budeidad, sino que también hemos de eliminar todas las emociones destructivas y las obstrucciones al conocimiento. Y para ello necesitamos emplear la mente innata de luz clara.
«Si se esfuerzan —recomendó Su Santidad—, podrán desarrollar estas cualidades y día a día progresarán. Mi propia experiencia es que nací en Siling y vine al Tíbet Central para conocer el budismo. He aprendido y practicado y ahora tengo cierta experiencia de la bodichita y la vacuidad. No sólo me he familiarizado con ellas, sino que comprometerme con ellas se ha vuelto más fácil.
»Si familiarizan su mente con estas prácticas, podrán ver una transformación en su interior. Junto con la práctica de la bodichita, deberíamos meditar sobre la vacuidad. Todas las escuelas budistas enseñan sobre la ausencia de entidad, pero sólo la escuela de los consecuencialistas del Camino Medio (Prasangika Madhyamaka) enseña que nada en absoluto tiene existencia inherente. Las cosas sólo existen por designación; por nombre. Las cosas funcionan como esto o aquello, pero sólo existen por nombre o designación.
»La tradición budista que hemos conservado en el Tíbet y en las regiones de los Himalayas es una presentación completa, todo lo cual se reduce a cultivar la bodichita y la visión de la vacuidad.
»Primero estudiamos y luego reflexionamos sobre lo que hemos aprendido. Eso nos lleva a una comprensión basada en la reflexión. Al meditar sobre ello generamos una experiencia genuina de la enseñanza. No estoy repitiendo palabras vacías, ésta ha sido mi propia experiencia. Pueden desarrollar la bodichita y la comprensión de la vacuidad en su propia mente. Este bodisatva en el camino de la acumulación que mira hacia el camino de la preparación ha observado que la práctica consiste en transformar nuestra mente.
»Cuando tomamos refugio en el Buda, el Dharma y la Sanga, lo principal que debemos comprender es que nosotros mismos debemos convertirnos en el Buda, el Dharma y la Sanga. En última instancia, deberíamos encarnar nosotros mismos el Buda, el Dharma y la Sangha».
Tras la promesa de componer, Su Santidad leyó los versos del texto, destacando su esencia como prácticas de los bodisatvas: renunciar a la patria, cultivar la reclusión y, dado que la conciencia acabará abandonando este cuerpo, desprenderse de esta vida. Los versos siguientes aconsejan renunciar a las malas amistades, seguidos de apreciar a los maestros espirituales, refugiarse en las Tres Joyas y no hacer nunca el mal.
«El apego y la ira —observó Su Santidad—, no forman parte la naturaleza de la mente. Si lo hicieran, no tendríamos ninguna otra experiencia. Pero, en realidad, las emociones negativas son sólo temporales, mientras que el amor y la compasión se fortalecen con el conocimiento. La naturaleza básica de la mente es la claridad y la conciencia.
»¿Es posible reducir las emociones nocivas y derrotarlas? Sí que lo es. La ignorancia, por ejemplo, no es parte de la naturaleza de la mente, pero es a causa de la ignorancia, de percibir los fenómenos como inherentemente existentes, que surgen en nosotros la ira y el odio. Examinen su propia experiencia y verán que pueden derrotar las emociones destructivas y desarrollar estados mentales positivos como la bodichita.
»Está claro que podemos transformar nuestra mente. He aquí un ejemplo: Los comunistas chinos han creado muchos problemas a los tibetanos, pero en lugar de sentir ira hacia ellos, podemos recordar que actúan por ignorancia y podemos sentir compasión hacia ellos. Hay una estrofa en la Ofrenda al Maestro Espiritual (Lama Chöpa) que resume esta idea diciendo:
Por lo tanto, Oh venerables gurús compasivos, bendíganme
para que todas las obstrucciones de las malas acciones, y los sufrimientos
de los seres sensibles maduren sobre mí ahora mismo,
y para que pueda dar mi felicidad y mis virtudes a los demás
para que todos los seres sensibles disfruten de ellas.
A continuación, Su Santidad leyó enérgicamente el resto de las estrofas, señalando que cuando la vigésimo segunda estrofa habla de no tener en cuenta los signos inherentes del sujeto y el objeto, puede aplicarse tanto a los postulados de las escuelas de Sólo Mente como a los del Camino Medio.
El colofón señala que el texto fue compuesto por el bodisatva Thogmé Sangpo. En el ejemplar del que Su Santidad estaba leyendo y que fue publicado por Lhatsun Rinpoché en el Tíbet, el editor escribió:
Al pensar que, a pesar de mi amor por los seres,
carezco de la capacidad de ayudarlos,
las lágrimas y la compasión humedecen mi rostro y mi corazón.
Así recito estas palabras de compasión a mis estudiantes.
Publico este texto con la intención de beneficiar a los demás, que es la base del entrenamiento en la bodichita aspirante y comprometida del Gran Vehículo. Que gracias a la ayuda de la virtud acumulada con ello, todos los deseos de quien sostenga, nutra o extienda las enseñanzas del omnisciente Sakyamuni (del linaje Ikṣvāku de la caña de azúcar) y, en particular, esta tradición suprema que reúne las enseñanzas y realizaciones del sutra y el tantra del amable protector Tsongkhapa se cumplan espontáneamente y sus pies de loto permanezcan firmes hasta el final del samsara.
Terminó con la aspiración de que se cumplan los deseos del mecenas de la publicación, Dorjé Tsewang.
«Conocí a Lhatsun Rinpoché —reveló Su Santidad—. Me contó que una vez, cuando estaba realizando un rito de longevidad basado en Tara Blanca, tuvo una visión de rayos de luz que irradiaban del corazón de Arya Tara y golpeaban una imagen mía cercana. Me aseguró que era un indicio de que viviría una larga vida.
»Hemos terminado la enseñanza por hoy. Mañana daré la iniciación del Gran Compasivo. Como esta práctica pertenece a la categoría de los Tantras de Acción, deben evitar comer carne, huevos y pescado en el desayuno».
Una vez más, Su Santidad se acercó al borde del escenario para saludar a la multitud. Antes de subir al carro de golf que bajaba hacia la puerta del pabellón, hizo un gesto de saludo a las personas reunidas en las inmediaciones, entre ellas un grupo de tamborileros de Ladakh. Luego subió al vehículo y fue conducido con paso firme de vuelta a su residencia mientras saludaba a los miembros del público a cada lado mientras avanzaba.