Pregunta: ¿Cómo se ve a sí mismo?
Respuesta: Siempre me considero como un simple monje budista. Siento que es mi verdadero yo. Siento que el Dalái Lama como un gobernante temporal, es una institución hecha por el hombre. Siempre y cuando las personas acepten al Dalái Lama, me van a aceptar. Pero ser un monje es algo que me pertenece. Nadie puede cambiar eso. En el fondo, siempre me considero un monje, aún en mis sueños. Así que, naturalmente, me siento más como una persona religiosa. Incluso en mi vida diaria, puedo decir que paso el 80% de mi tiempo en actividades espirituales y el 20% en actividades sobre el Tíbet en su conjunto. La vida espiritual o religiosa es algo que conozco y tiene gran interés para mí. Tengo un cierto tipo de confianza en ella, y por lo tanto quiero estudiar más. En cuanto a la política, no tengo la educación moderna, a excepción de un poco de experiencia. Es una gran responsabilidad para alguien que no está tan bien equipado. Esto no es un trabajo voluntario, sino que es algo que siento que debo hacer debido a la esperanza y a la confianza que el pueblo tibetano ha puesto en mí.
Pregunta: ¿Será usted el último Dalái Lama?
Respuesta: Si la institución del Dalái Lama permanece o no depende enteramente de la voluntad del pueblo tibetano. Está en ellos decidir. Aclaré esto hace ya tiempo, en 1969. Incluso en 1963, después de cuatro años en el exilio, hicimos un proyecto de constitución para un futuro Tíbet, que se basara en el sistema democrático. La constitución menciona claramente que el poder del Dalái Lama puede ser eliminado por una mayoría de dos tercios de los miembros de la Asamblea. En la actualidad, la institución del Dalái Lama es útil a la cultura tibetana y al pueblo tibetano. Por lo tanto, si yo fuera a morir hoy, creo que el pueblo tibetano elegiría tener otro Dalái Lama. En el futuro, si la institución del Dalái Lama ya no es relevante o útil, y si nuestra situación actual cambia, entonces la institución del Dalái Lama dejará de existir. Personalmente, siento que la institución del Dalái Lama ha cumplido su propósito. Más recientemente, desde 2001, tenemos un dirigente elegido de modo democrático para nuestra administración, el Kalon Tripa. El Kalon Tripa dirige los asuntos cotidianos de nuestra administración y está a cargo de nuestra clase política. Medio en broma y medio en serio, he dicho que ahora estoy en semi-retiro.
Pregunta: ¿Cree que alguna vez será capaz de volver al Tíbet?
Respuesta: Sí, sigo siendo optimista y pienso que voy a ser capaz de volver al Tíbet. La China está en proceso de cambio. Si se compara a la China de hoy, con la de hace diez o veinte años, hay un enorme cambio. La China ya no está aislada. Es parte de la comunidad mundial. La interdependencia mundial, sobre todo en términos de economía y medio ambiente hacen que sea imposible que las naciones se mantengan aisladas. Además, no estoy buscando la separación de la China. Estoy comprometido con mi acercamiento del camino-medio por el cual el Tíbet se mantiene dentro de la República Popular de China disfrutando de un alto grado de autogobierno o autonomía. Creo firmemente que esto es de beneficio mutuo tanto para los tibetanos, como para los chinos. Nosotros los tibetanos seremos capaces de desarrollar al Tíbet con la asistencia de la China, mientras que al mismo tiempo preservaremos nuestra propia cultura, incluyendo la espiritualidad, y nuestro delicado medio ambiente. Al resolver amistosamente la cuestión tibetana, la China será capaz de contribuir a su propia unidad y estabilidad.
Pregunta: Los chinos han declarado recientemente que el próximo Dalái Lama nacerá en el Tíbet y será elegido por ellos. ¿Qué tiene que decir sobre esto?
Respuesta: Si la situación actual en relación con el Tíbet sigue siendo la misma, voy a nacer fuera del Tíbet, lejos del control de las autoridades chinas. Esto es lógico. El verdadero propósito de la reencarnación es continuar el trabajo inacabado de la encarnación anterior. Así, si la situación del Tíbet sigue sin resolverse es razonable que nazca en el exilio para poder continuar mi trabajo sin terminar. Por supuesto que los chinos elegirán a su propio Dalái Lama y los tibetanos elegirán el apropiado siguiendo los métodos tradicionales. Será similar a la situación actual del Panchen Lama. Hay un Panchen Lama nombrado por los chinos y existe el Panchen Lama elegido por mí. Uno está puesto para servir los propósitos de su amo y el otro es el Panchen Lama aceptado en los corazones de todos los tibetanos.
Pregunta: ¿Cuáles son sus compromisos?
Respuesta: En general, yo siempre digo que tengo tres compromisos en la vida. En primer lugar, a nivel de ser humano, mi primer compromiso es la promoción de los valores humanos como la compasión, el perdón, la tolerancia, la alegría y la autodisciplina. Todos los seres humanos son iguales. Todos queremos la felicidad y ninguno quiere sufrir. Incluso las personas que no creen en una religión reconocen la importancia de estos valores humanos para hacer sus vidas más felices. Sigo comprometido a hablar de la importancia de estos valores humanos y compartirlos con todas las personas que conozco. En segundo lugar, en el nivel de ser un practicante religioso, mi segundo compromiso es la promoción de la armonía religiosa y el entendimiento entre las diferentes tradiciones religiosas. A pesar de las diferencias filosóficas, todas las principales religiones del mundo tienen el mismo potencial para crear mejores seres humanos. Por tanto, es importante que todas las tradiciones religiosas se respeten unas a otras, y reconozcan el valor de cada una de las otras respectivas tradiciones. En tercer lugar, soy un tibetano y llevo el nombre del Dalái Lama. Los tibetanos depositan su confianza en mí. Por lo tanto, mi tercer compromiso es la cuestión tibetana. Tengo la responsabilidad de actuar como el portavoz libre de los tibetanos en su lucha por la justicia. Por lo que este tercer compromiso dejará de existir una vez que se llegue a una solución mutuamente beneficiosa entre los tibetanos y los chinos. Sin embargo, mis dos primeros compromisos continuarán hasta mi último aliento.
Pregunta: ¿Cuáles fueron sus primeras sensaciones al ser reconocido como el Dalái Lama? ¿Qué le pareció lo que le sucedió?
Respuesta: Yo estaba muy feliz. Me gustó mucho. Incluso antes de ser reconocido, a menudo le decía a mi madre que me iba a Lhasa. Solía sentarme a horcajadas en el alféizar de una ventana en nuestra casa fingiendo que estaba montando un caballo rumbo a Lhasa. Yo era un niño muy pequeño en ese momento, pero lo recuerdo claramente. Tenía un fuerte deseo de ir allí. Otra cosa que no mencioné en mi autobiografía, es que después de mi nacimiento, un par de cuervos vinieron a posarse en el techo de nuestra casa. Llegaban cada mañana, permanecían por tiempo y luego se iban. Esto es de particular interés ya se produjeron incidentes similares en el nacimiento del primer, séptimo, octavo y duodécimo Dalái Lamas.
Después de su nacimiento, un par de cuervos vinieron y se quedaron. En mi caso, al principio, nadie le prestó atención al incidente. Más tarde, sin embargo, hace unos tres años, estaba hablando con mi madre, y ella lo recordaba. Se había dado cuenta de que los cuervos llegaban por la mañana, se iban después de un tiempo, y luego a la mañana siguiente venían otra vez. Sucedió que la noche después del nacimiento del primer Dalái Lama, unos bandidos irrumpieron en la casa de su familia. Los padres huyeron y dejaron al niño. Al día siguiente, cuando volvieron y se preguntaban qué había pasado con su hijo, se encontraron al bebé en una esquina de la casa con cuervo frente a él, protegiéndolo. Luego, cuando el primer Dalái Lama creció y se desarrolló en su práctica espiritual, hizo un contacto directo con la deidad protectora Mahakala durante la meditación. En ese momento, Mahakala le dijo: «Alguien como tú que es un defensor de la enseñanza budista necesita un protector como yo. Justo en el día de tu nacimiento, yo te ayudé». Por lo que podemos ver, definitivamente hay una conexión entre Mahakala, los cuervos y los Dalái Lamas.
Otra cosa que sucedió, que mi madre recuerda muy claramente, es que poco después de mi llegada a Lhasa, dije que mis dientes estaban en una caja en cierta casa en Norbulinka. Cuando abrieron la caja, encontraron un conjunto de prótesis dentales que habían pertenecido al decimotercer Dalái Lama. Señalé a la caja, y les dije que mis dientes estaban allí, pero ahora mismo no lo recuerdo en absoluto. Los nuevos recuerdos asociados con este cuerpo son más fuertes. El pasado se ha vuelto más difuso, más vago. A menos que haga un intento específico para desarrollar tal memoria, no lo recuerdo.
Pregunta: ¿Recuerda su nacimiento o el estado anterior en el vientre?
Respuesta: En este momento, no me acuerdo. Además, no recuerdo si en ese momento cuando yo era un niño pequeño, podía recordarlo. Sin embargo, tal vez hubo un ligero signo externo. Los niños por lo general nacen con los ojos cerrados. Yo nací con los ojos abiertos. Esto puede ser una ligera indicación de un estado claro de la mente en el útero.
Pregunta: ¿Entre las edades de dieciséis y dieciocho años, después que asumió el poder temporal, cambió usted en algo?
Respuesta: Sí, cambié un poco. Pasé por una gran cantidad de felicidad y de dolor. Entre eso y el crecimiento, fui ganando más experiencia sobre los problemas y el sufrimiento, sí que cambié. El resultado final es el hombre que se ve ahora (risas).
Pregunta: ¿Qué pasó cuando acababa usted de entrar a la adolescencia? Muchas personas tienen dificultades para definirse a sí mismas como adultas. ¿Esto le sucedió a usted?
Respuesta: No. Mi vida se basaba mucho en una rutina. Dos veces al día estudiaba. Cada vez estudiaba durante una hora, y luego pasaba el resto del tiempo en juegos (risas). Luego, a los 13 años, empecé a estudiar filosofía, los conceptos, el debate. Mi estudio aumentó, y también estudié caligrafía. Todo era una rutina y sin embargo, me acostumbré a ella. A veces, tenía vacaciones. Estas eran muy cómodas y felices. Losang Samten, mi hermano mayor, estaba por lo general en la escuela, pero en esos momentos venía a visitarme. También mi madre venía de vez en cuando y traía un pan especial de nuestra provincia de Amdo. Muy grueso y delicioso, que hacía ella misma.
Pregunta: ¿Hay alguno de sus predecesores con el que usted tenga un interés especial, o con el que tenga una afinidad particular?
Respuesta: El decimotercer Dalái Lama. Él trajo muchas mejoras a las normas de estudio en las universidades monásticas. Dio un gran estímulo a los verdaderos eruditos. Hizo imposible que la gente escalara en la jerarquía religiosa, convirtiéndose en un abad y así sucesivamente, sin estar totalmente calificada. Era muy estricto en este sentido. También dio decenas de miles de ordenaciones a monjes. Esos fueron sus dos principales logros religiosos. No dio muchas iniciaciones, o muchas conferencias. Ahora, con respecto al país, tenía un gran interés y consideración por el arte de gobernar. Por los barrios periféricos, en particular, por cómo debían ser gobernados y asuntos semejantes. Se preocupaba mucho sobre cómo manejar el gobierno de una manera más eficiente. Tenía una gran preocupación por nuestras fronteras y otros asuntos de estado.
Pregunta: Durante el curso de su vida, ¿cuáles han sido sus mayores lecciones personales o desafíos internos? ¿Qué realizaciones y experiencias han tenido el mayor efecto en su crecimiento como individuo?
Respuesta: En cuanto a la experiencia religiosa, una cierta comprensión de shunya (vacío: la ausencia de naturaleza independiente) un cierto sentimiento, un poco de experiencia sobre ella y sobre todo la bodichita, el altruismo, me ha ayudado mucho. En cierto modo, se podría decir que me ha convertido en una persona nueva, en un hombre nuevo. Todavía estoy progresando. Intentándolo. Nos da fuerza interior, valor, y es más fácil aceptar las situaciones. Esa es una de las mejores experiencias.
Pregunta: Cuando usted se convirtió en un refugiado, qué fue lo que le ayudó a ganar fortaleza? ¿Fue la pérdida de su posición y de su país, el hecho de que todos sufrían a su alrededor? ¿Fue llamado a liderar a su gente de una manera diferente a lo que había estado acostumbrado?
Respuesta: Ser un refugiado es realmente una situación peligrosa y desesperada. En ese momento, todo el mundo se ocupa de la realidad. No es el momento para pretender que las cosas son hermosas. Usted se siente involucrado con la realidad. En tiempos de paz, todo va bien. Incluso si hay un problema, las personas pretenden que las cosas son buenas. Durante un período peligroso, cuando hay un cambio dramático, entonces no hay margen para pretender que todo está bien. Debemos aceptar que lo malo es malo. Cuando me fui de Norbulinka, había peligro. Tuvimos que pasar muy cerca de los cuarteles militares chinos. Estaban justo al otro lado del río, allí estaba el puesto de control chino. Como usted sabe, tuvimos la información definitiva dos o tres semanas antes de salir, de que los chinos estaban totalmente preparados para atacarnos. Era sólo una cuestión del día y la hora.
Pregunta: Acerca de que usted que es la encarnación del Bodisatva de la compasión infinita, Avalokiteshvara. ¿Cómo se siente personalmente sobre esto? ¿Es algo sobre lo que tenga una visión inequívoca de una u otra manera?
Respuesta: Es difícil para mí decirlo definitivamente. A menos que esté comprometido en un esfuerzo meditativo, recopilando mi vida anterior, respiro a respiro, no podía decirlo exactamente. Creemos que hay cuatro tipos de renacimiento. Uno es el tipo común en el que, un ser es incapaz de determinar su renacimiento, pero sólo se reencarna en función de la naturaleza de las acciones pasadas. Lo contrario es el renacimiento de un Buda completamente iluminado, que simplemente manifiesta una forma física para ayudar a otros. En este caso, es evidente que la persona es un Buda. Una tercera es que, debido a la realización espiritual pasada, se puede elegir o al menos mediar en la elección del lugar y la situación del renacimiento. La cuarta se llama una manifestación bendita. En este tipo, la persona es bendecida más allá de su capacidad normal para realizar funciones útiles, tales como la enseñanza de la religión. Para este último tipo de nacimiento, los deseos de la persona en vidas anteriores de ayudar a otros deben haber sido muy fuertes. Obtienen tal empoderamiento. Aunque algunas parecen más probables que otras, definitivamente no puedo decir cuál soy.
Pregunta: Entonces, desde el punto de vista de la función realista que usted juega como Chenrezig (Avalokiteshvara), ¿cómo se siente al respecto? Sólo unas pocas personas han sido consideradas, de una manera u otra, divinas. ¿Es este papel una carga o un placer?
Respuesta: Es muy útil. A través de esta función puedo ser de gran beneficio para las personas. Por esta razón me gusta: me siento a gusto con ello. Está claro que es muy útil para las personas, y que tengo la relación kármica para estar en este papel. Además, es evidente que existe una relación kármica con el pueblo tibetano en particular. Ahora como lo puede ver, se puede considerar que dadas las circunstancias, me siento muy afortunado. Sin embargo, detrás de la palabra suerte, hay causas reales o razones. Está la fuerza kármica de mi capacidad para asumir este papel, así como la fuerza de mi deseo de hacerlo. Con respecto a esto, hay una declaración en El modo de vida del Bodisatva, del gran Shantideva, que dice: «Mientras exista el espacio y mientras los seres permanezcan, que pueda yo también permanecer para eliminar su sufrimiento». Tengo ese deseo en esta vida, y sé que tenía ese deseo en vidas pasadas.
Pregunta: Con un objetivo tan vasto como motivación ¿cómo lidiar con sus limitaciones personales, con sus límites como hombre?
Respuesta: Una vez más, como dice Shantideva, Si el Buda bendito no puede complacer a todos los seres, entonces ¿cómo podría hacerlo yo? Incluso un ser iluminado, con el conocimiento ilimitado y el poder y el deseo de salvar a todos los demás del sufrimiento, no puede eliminar el karma individual de cada ser.
Pregunta: ¿Es esto lo que impide que se sienta abrumado cuando ve el sufrimiento de los seis millones de tibetanos de los que, que hasta cierto punto, usted es responsable?
Respuesta: Mi motivación se enfoca hacia todos los seres sensibles. No hay duda. Sin embargo, en un segundo nivel, estoy enfocado en ayudar a los tibetanos. Si un problema se puede arreglar, si una situación es tal que se pueda hacer algo al respecto, entonces no hay necesidad de preocuparse. Si no es corregible, entonces no ayuda el preocuparse. No hay ningún beneficio en absoluto en preocuparse.
Pregunta: Mucha gente dice eso, pero pocos realmente viven así. ¿Siempre se sintió de esta manera o tuvo que aprenderlo?
Respuesta: Esta motivación se desarrolló a partir de la práctica interior. Desde una perspectiva más amplia, siempre habrá sufrimiento. En un nivel, estamos obligados a encontrarnos con los efectos de las acciones desfavorables que hayamos cometido con anterioridad con el cuerpo, con el habla o con la mente. Además, niestra propia naturaleza es la del sufrimiento. No existe un solo factor que figure en mi actitud, sino que son muchos diferentes. Desde el punto de vista de la entidad real que produce el sufrimiento, como ya he dicho, si se puede arreglar, entonces no hay necesidad de preocuparse. Si no, no hay ningún beneficio por preocuparse. Desde el punto de vista de la causa, el sufrimiento se basa en acciones desfavorables anteriores acumuladas por la persona que lo sufre y no por otra. Estos karmas no desaparecen por sí mismos sino que traerán su fruto. No nos encontramos con efectos de acciones que no se hayamos cometido.
Por último, desde el punto de vista de la naturaleza del sufrimiento mismo, los agregados de la mente y el cuerpo tienen como su verdadera naturaleza el sufrimiento. Sirven como base para el sufrimiento. Siempre y cuando los tengamos, seremos susceptibles al sufrimiento.
Desde un punto de vista profundo, mientras no tengamos nuestra independencia y estemos viviendo en el país de otros, tenemos un cierto tipo de sufrimiento, pero cuando volvamos al Tíbet y ganemos nuestra independencia, entonces habrá otros tipos de sufrimiento. Esta es la realidad. Se podría pensar que soy pesimista, pero no lo soy. Es así como, a través de la enseñanza y el consejo budista, manejamos las situaciones. Un día en el que murieron cincuenta mil personas del clan Shakya, el Buda Shakyamuni, miembro de este clan, no sufrió en absoluto. Estaba apoyado contra un árbol, y dijo: «Hoy estoy un poco triste debido a que cincuenta mil de mis hombres del clan fueron asesinados». Pero él mismo no se vio afectado. De esta manera, como puede ver (risas). Esta fue la relación de causa y efecto de su propio karma. No había nada que él pudiera hacer al respecto. Este tipo de pensamientos me hacen más fuerte, más activo. No se trata en absoluto de perder la fuerza de la mente o de la voluntad ante la naturaleza omnipresente del sufrimiento.