Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Apenas había salido el sol esta mañana cuando Su Santidad el Dalái Lama se dispuso a caminar desde la puerta de su residencia hasta el Tsuglagkhang. Como es su costumbre, sonrió y saludó a los miembros del público que se encontraban en el patio a izquierda y derecha. Aquí y allá se detuvo para intercambiar unas palabras con los niños que se encontraban al frente de la multitud.
Al llegar al templo, como hizo ayer, primero se sentó en una silla frente al mandala de espaldas al público mientras realizaba los procedimientos de autogeneración necesarios para su iniciación de Chakrasamvara. Mientras recitaba los versos pertinentes, levantó la vista hacia el thangka que había en lo alto de la pared y saludó a las diversas deidades allí representadas.
Mientras tanto, la congregación recitaba las Alabanzas a las Veintiuna Taras.
Una vez finalizados sus preparativos, Su Santidad tomó asiento en el trono y se recitó el Sutra del Corazón.
«El Sutra del Corazón tiene un sentido muy profundo —comentó—, y es útil, cuando lo recitamos, pensar detenidamente en la gran enseñanza que dio Buda, explicando la vacuidad y esbozando los caminos que culminan en la iluminación».
Mientras ofrecía un pastel ritual a quienes pudieran obstaculizar la realización de la iniciación, Su Santidad señaló, como hizo ayer, que en realidad las obstrucciones y las interferencias no están ahí fuera, sino dentro de nosotros. Las más obstructivas son la noción de existencia verdadera o inherente de los fenómenos, así como el egocentrismo extremo y las actitudes de autocomplacencia. Tales obstrucciones reflejan nuestras emociones negativas.
«Nada tiene existencia independiente —aclaró Su Santidad—, los fenómenos son meramente designados. Cuando comprendemos esto, podemos liberarnos del ciclo de la existencia.
»No pretendo tener tal comprensión, pero puedo reflexionar sobre cómo existen las cosas y ver que no tienen ninguna existencia independiente u objetiva desde su propio lado. Reconozco que carecen de existencia independiente. A esto podemos añadir el deseo de liberar a todos los seres. Apreciar a los demás y no sólo a nosotros mismos implica una aspiración abierta y extensa, mientras que pensar sólo en nosotros mismos conlleva un pensamiento muy estrecho.
»La Ofrenda al Maestro Espiritual o Lama Chöpa lo expresa claramente en las siguientes estrofas:
»Esta enfermedad crónica de amarnos a nosotros mismos es la causa que origina este sufrimiento que no buscamos; percibiendo esto, solicitamos vuestras bendiciones para censurar, despreciar y destruir este monstruoso demonio del egoísmo.
»La mente que ama a todos los seres madres y les aseguraría la dicha, es la puerta que lleva a la infinita virtud. Observando esto, bendecidme para que ame a estos seres más que a mi vida, aunque se levanten como mis enemigos.
»Dado que el amor por nosotros mismos es la puerta a toda degeneración, mientras que el amor a nuestras madres es el fundamento de toda bondad, bendecidnos para que nuestra práctica central sea el yoga de intercambiarnos con los demás.<
»Si aprecias a los demás, no tendréis enemigos.
»Todas nuestras diferentes tradiciones religiosas son valiosas, pero la enseñanza de Buda es única al identificar los principales factores que dan lugar al sufrimiento.
»Una vez soñé que entraba en el Jokhang de Lhasa, donde había una estatua muy venerada de Avalokiteshvara. Parecía que me hacía señas para que me acercara a él, así que di un paso adelante y lo abracé. Y en mi sueño, me aconsejó que nunca perdiera la esperanza sino que practicara las enseñanzas con diligencia.
»Me he dado cuenta de que si estamos en paz en nuestro interior, la atmósfera de paz que nos rodea se extenderá a los demás. Así es como podemos construir la paz en el mundo.
»Hoy daré la iniciación de Chakrasamvara según la tradición Krishnacharya. Pero lo que debemos hacer, día y noche, es trabajar para derrotar la noción de existencia verdadera y nuestras actitudes egocéntricas de autocomplacencia. Día tras día debemos intentar reducirlas. Esto es lo que intento hacer en mi propia práctica, y si ustedes también pueden hacerlo, se convertirán realmente en discípulos del Dalái Lama».
Su Santidad comentó que existen tres tradiciones de práctica del Chakrasamvara. La tradición de Luípa se practica en los dos colegios tántricos de Gyume y Gyutö. Luego está la tradición Ghantapada o práctica del Mandala del Cuerpo. En tercer lugar está la tradición Krishnacharya. Su Santidad reiteró que recibió la iniciación para esta tradición de Tagdag Rinpoché cuando era joven. Desde entonces, también ha realizado el retiro.
A continuación, Su Santidad pidió a los discípulos que ofrecieran un mandala y realizaran la petición: «Por favor, permítame entrar en la ciudad de la liberación», y comenzó la iniciación. Se distribuyeron prendas que representaban las túnicas inferior y superior y el copete de un yogui, así como una venda para los ojos y una guirnalda de flores, a los discípulos clave de la congregación, entre los que se encontraba principalmente el Ganden Tri Rinpoché.
Se aconsejó a los discípulos que imaginaran disolverse en la deidad y volver como Heruka azul. Se les aconsejó además que si podían derrotar las tres visiones de apariencia blanquecina, aumento rojizo y logro cercano negro, así como las ochenta concepciones asociadas a ellas, las mentes burdas cesarían y se revelaría la mente espontánea de luz clara.
Su Santidad pronunció de nuevo los votos de bodisatva y condujo brevemente a los discípulos a través del yoga omnicomprensivo o sarva yoga bodichita. Como resultado, debían imaginar la mente que aspira al despertar o bodichita como un disco lunar en su corazón sobre el que se erguía una vajra de cinco rayos que representaba la comprensión de la vacuidad.
Se aconsejó a los discípulos que imaginaran atravesar la cortina y entrar en el mandala. El maestro indivisible con la deidad les dio los Votos Tántricos y se les exhortó a visualizar sus formas ordinarias disolviéndose en la vacuidad y su mente esencial y la energía del viento transformándose en la deidad. El Maestro indivisible con la deidad advirtió que tomar y guardar los Votos Tántricos es la base para seguir los pasos de los mahasiddhas. Se advirtió a los discípulos de que el Tantra se practica en secreto, no se proclama a los demás.
Su Santidad otorgó la quinaria Iniciación de la vasija que incluye las iniciaciones del Agua, la Corona, el Vajra y la Campana, el Nombre y el Maestro Vajra. La Iniciación de la vasija concede el permiso para realizar las prácticas de la etapa de generación. Le siguen las iniciaciones del Secreto, la Sabiduría Trascendente y la Cuarta o de la Palabra, que conceden permiso para realizar prácticas del estadio de completación. Además, la Iniciación de la vasija purifica el cuerpo, la Iniciación del Secreto purifica el habla, la Iniciación de la Sabiduría purifica la mente y la Cuarta Iniciación o de la Palabra purifica los tres en conjunto.
Una vez completadas las iniciaciones, Su Santidad realizó los ritos de conclusión apropiados mientras se rezaba por su larga vida y una larga procesión de mongoles portando ofrendas desfilaba por el templo.
Mientras Su Santidad caminaba desde el templo hasta el ascensor, muchas personas a ambos lados del pasillo trataban de captar su atención. Algunos saludaban, otros vitoreaban, otros sonreían en silencio esperanzados. En el patio del templo ocurrió lo mismo mientras se dirigía al carrito de golf que le llevaría de vuelta a su residencia a tiempo para el almuerzo.