Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - La luz brillante del sol naciente se colaba por el Tsuglagkhang esta mañana cuando Su Santidad el Dalái Lama llegó para dar una iniciación de Chenrezig. Sonrió y saludó amablemente a los discípulos y a algunos simpatizantes, tomó asiento e inmediatamente comenzó a realizar los procedimientos preliminares a la iniciación. Mientras tanto, se recitaba el Sutra del corazón primero en chino y luego en tibetano.
Cuando estuvo listo, Su Santidad se dirigió a los reunidos.
«Hoy los principales discípulos aquí en el Thekchen Chöling Tsuglagkhang son nuestros amigos del Dharma de Taiwán. El budismo ha florecido en el Tíbet, Mongolia y China durante cientos de años. Cuando visité China continental en 1955, vi muchos templos y monasterios budistas. Tíbet, China y Mongolia también tienen vínculos especiales con Avalokiteshvara.
»Los comunistas chinos han suprimido por estrechez de miras el budismo en el Tíbet, pero hoy en día en China está creciendo de nuevo el interés por el budismo. Al mismo tiempo, las bendiciones de Avalokiteshvara siguen brillando sobre el Tíbet. Lo que es importante reconocer es que, seamos religiosos o no, todos necesitamos tener un corazón cálido. Necesitamos mirar a los demás con afecto. Avalokiteshvara es la deidad de la compasión y la gente de todas las regiones de los Himalayas es virtuosa y de corazón cálido gracias a su conexión con él.
»Se me conoce como el XIV Dalái Lama y he tenido una conexión kármica con el pueblo del Tíbet durante muchas vidas. Hoy voy a dar una breve iniciación de Avalokiteshvara. Aunque ha habido grandes cambios en Tíbet, China y Mongolia, debido a la conexión con Avalokiteshvara, tendemos a decir el mantra de seis sílabas desde una edad temprana.
»Hoy en día se habla mucho de la paz en el mundo, pero para conseguirla es necesario que todos alcancemos primero la paz mental.
»Ya que vivimos en comunidades humanas, necesitamos tener un corazón cálido. En nuestra infancia nos beneficiamos de los cuidados y el afecto de nuestra madre. Después de darnos a luz, ella nos nutrió con amorosa bondad. Esta experiencia deja una fuerte impresión en nosotros. De ella aprendemos que nosotros también podemos ser cariñosos y compasivos con los demás. Amigos del Dharma, les insto a cultivar un corazón cálido».
Su Santidad explicó que los ocho mil millones de personas de esta tierra son iguales en no querer sufrir y desear ser felices. Observó que cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita conduce a la paz mental. También produce un equilibrio de los elementos en el cuerpo y contribuye así a nuestra salud física. Quienes rezamos a Avalokiteshvara damos importancia a la compasión. Recitar el mantra de seis sílabas, Om mani padme hum, nos ayuda a cultivar la compasión en nuestro interior.
Tras revelar que medita en la bodichita desde el mismo momento en que se despierta por la mañana, Su Santidad añadió que combina ese pensamiento con la percepción de la vacuidad. Citó unas estrofas del Ingreso al camino medio en las que se inspira.
Así, mediante la claridad de la luz de la inteligencia, ve,
tan claro como una avellana en la palma de la mano,
que los tres mundos son innacidos de forma primordial
y, en virtud de la realidad convencional, va a la cesación. 6.224
Su mente está siempre comprendida en la cesación,
mas también genera piedad por los errantes desamparados.
En adelante, todos los nacidos de la palabra del Buda
y los Budas medianos son vencidos por su intelecto. 6.225
Con las blancas alas del ser en sí y lo convencional extendidas,
este rey de los ánades alza el vuelo al frente de los patos
que son los seres y, empujado por el viento de la virtud, va
al más allá supremo del océano de cualidades de los Victoriosos. 6.226
Su Santidad mencionó que el rey Songtsen Gampo fue bendecido por Avalokiteshvara. Se casó con una princesa china pero también se preocupó por preservar y fortalecer la cultura tibetana. Dispuso que se diseñara una escritura tibetana, lo que significó que cuando Shantarakshita llegó al Tíbet en el siglo siguiente, recomendó que la literatura budista india, las palabras de Buda y los tratados de los maestros posteriores, se tradujera al tibetano.
Su Santidad señaló que la esencia de los consejos contenidos en la citada literatura es el cultivo de un buen corazón:
«Me he enfrentado a muchas dificultades en mi vida —reconoció—, pero ninguna de ellas ha perturbado mi paz mental. Creo que lo que dicen los científicos sobre que tener un buen corazón es bueno para la salud y el bienestar es cierto. La bodichita no sólo cumple nuestros propios objetivos, sino también los de los demás. Si pueden cultivarla día y noche, seguro que encontrarán la paz mental».
Al comienzo de la iniciación, Su Santidad ofreció un pastel ritual o torma a los espíritus locales como forma de incluirlos en los actos. Pronunció los votos de bodisatva, basándose en la forma de hacerlo de Terdag Lingpa, seguidos de los votos tántricos. A continuación guió a la congregación a través de una serie de iniciaciones que incluían la Iniciación de la vasija, la Iniciación de la Corona, la Iniciación Secreta y la Iniciación de la Palabra. Una vez completadas, dio los permisos subsiguientes, culminando con el permiso de beneficiar a los demás. Esto le llevó a recitar la estrofa de El Modo de Vida de los Bodisatvas, de Shantideva, que expresa su aspiración fundamental:
Que, mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
«Una vez recibida esta iniciación —dijo Su Santidad—, por favor, hagan lo que la deidad principal ha aconsejado», lo que significa que se deben mantener las promesas y los compromisos. Los discípulos chinos recitaron la oración por la larga vida de Su Santidad compuesta por sus Tutores, que ha sido traducida al chino.
Cuando Su Santidad se levantó de su asiento, recitó dos estrofas de dedicación:
Así como el bodisatva Manyushri comprendió
la realidad tal como es y Samantabhadra también,
todos estos méritos los dedico
para practicar siguiendo sus pasos.
Todas las raíces de virtud propias y ajenas
las dedico para la conducta excelente:
la dedicación alabada como suprema
por todos los Victoriosos Tathagatas de los tres tiempos.