Shewatsel, Leh, Ladakh, India - Su Santidad el Dalái Lama fue invitado hoy a almorzar en el jardín Abispang del monasterio de Spituk por la Asociación Budista de Ladakh (LBA) y la Asociación Gonpa de Todo Ladakh (LGA). La carretera por la que circulaba estaba bordeada por fieles vestidos con sus mejores galas y con flores en las manos.
El ex diputado y actual presidente de la LBA, Thupstan Tsewang, dio brevemente la bienvenida a Su Santidad y le dio las gracias por haber visitado Ladakh una vez más, por impartir enseñanzas y por haber dado audiencia a tantos habitantes de Ladakh.
Dirigiéndose a los miembros del público como «Mis queridos hermanos y hermanas del dharma», Su Santidad les dijo que estaba encantado de venir a Ladakh durante varias semanas para evitar la humedad de la estación de lluvias en las regiones bajas de la India que incluyen Dharamshala, su residencia de larga duración en Himachal Pradesh.
«Los habitantes de Ladakh me han mostrado una gran devoción y es evidente que tienen una fe sincera en las enseñanzas de Buda. También me ha complacido ver la amistad y camaradería que existe aquí entre musulmanes, budistas y personas de otras creencias.
»Después de que el Tíbet perdiera su libertad, me exilié y desde entonces he observado la fe y la dedicación inalterables de los habitantes de las regiones de los Himalayas, desde Ladakh hasta Arunachal Pradesh. También en esta ocasión he podido venir a Ladakh e impartir algunas enseñanzas. Me gustaría dar las gracias a todos los presentes, laicos, monjes, nuestros amigos musulmanes y otros por su amistad y su cordialidad. La gente de las regiones de los Himalayas me lleva en el corazón y yo también me siento cerca de ellos».
Su Santidad recitó la primera estrofa de la Alabanza a Manyushri:
«Rindo homenaje a Manyushri
que tiene un porte juvenil,
y cuya luz de sabiduría
disipa la oscuridad de la ignorancia.
»Llevo muchos años realizando la práctica de Manyushri, la práctica combinada de los aspectos pacífico e iracundo de Manyushri. Como aclara esta estrofa, Manyushri ayuda a disipar la oscuridad de la ignorancia, que esencialmente implica la idea errónea de que los seres y las cosas existen de forma independiente y objetiva. La comprensión de la naturaleza de las cosas también aporta claridad a nuestra conducta cotidiana.
»Todos disfrutamos del afecto de nuestra madre desde el momento en que nacemos. Así comienza nuestra vida y por eso es importante que luego sigamos viviendo nuestra vida a la luz del amor y la compasión.
»En todo el mundo se habla de paz. Pero, ¿caerá simplemente del cielo? No será así. Por lo general, luchamos por nuestra propia victoria y la derrota de nuestros rivales. Sería mucho mejor si tuviéramos una conciencia más fuerte de la unidad de la humanidad. Mucha gente murió en la primera y la segunda guerras mundiales, y ¿qué bien nos trajeron? Debemos intentar resolver las diferencias mediante el diálogo y la conversación, no recurriendo al uso de las armas. Debemos proteger la vida de los demás.
»Desde el momento en que nacemos, sobrevivimos como resultado del amor y la compasión de nuestra madre. Si seguimos viviendo nuestras vidas con amor y la compasión, encontraremos la verdadera paz mental y podremos contribuir a la paz en el mundo.
»Tengo 88 años, ya casi 90. He visto mucha violencia a lo largo de mi vida. Se utilizaron armas nucleares al final de la segunda guerra mundial, algo muy triste. En lugar de pensar en los demás en términos de “nosotros” y “ellos”, y centrarnos sólo en nuestro propio bando, deberíamos aspirar a la paz y a una coexistencia armoniosa en el mundo. Rezo para que podamos crear un mundo en el que no haya más violencia ni miedo».
Su Santidad señaló que históricamente la gente también ha luchado entre sí en nombre de la religión. Pero, dado que todas las religiones transmiten un mensaje esencial de amor y de estar al servicio de los demás, luchar en nombre de la religión es contradictorio. Añadió que existen diferencias de filosofía, pero son diferencias que debemos respetar, no por las que debemos luchar. Deberíamos aspirar al tipo de armonía interreligiosa que encontramos en Ladakh.
Los albaricoques y las manzanas que le habían ofrecido recordaron a Su Santidad los albaricoques que crecían en abundancia en Norbulingka. «Solía sentarme bajo los árboles y derribar las frutas con un palo. También teníamos manzanas, pero no tan buenas como éstas». A continuación, Su Santidad mordió una manzana para mostrar lo fuertes que son sus dientes y que no ha perdido ni uno solo de los que recibió de su madre.
Su Santidad mencionó lo importante que es estudiar filosofía y lógica, lo que realmente ayuda a alcanzar la paz mental. Una cosa es rezar, dijo, pero estudiar ayuda a reducir la ignorancia. Reveló que ha comprobado por experiencia propia que meditar en la mente que aspira al despertar o bodichita y en la visión de la vacuidad realmente fortalece la paz mental.
«Me gustaría dar las gracias al Gobierno del Territorio de la Unión local, al Gobierno de la India por toda su ayuda mientras he estado aquí. También me gustaría dar las gracias a los organizadores de este evento y a mis compañeros invitados por recibirme hoy aquí.
»No tengo nada más que decir. Nos volveremos a ver en los próximos años. Gracias».
Tras el almuerzo, cuando se disponía a marcharse, Su Santidad tuvo unas últimas palabras que añadir.
«Me habéis invitado aquí con alegría y celebración, por lo que me gustaría decir: Tashi Delek.
»En otros lugares de la India se discrimina a veces debido a las castas. Sin embargo, deben saber que todos los seres humanos son iguales sin necesidad de considerar a unos como más elevados y a otros como más bajos. En cuanto a nosotros, todos somos seguidores de Buda. Todos tenemos la misma naturaleza de Buda y la capacidad de alcanzar la Budeidad. Por lo tanto, sería mejor que trabajáramos para desarrollar la mente que aspira al despertar o bodichita cultivando el amor y la compasión hacia todos.
»Eso es todo. Gracias».