Thekchen Chöling, Dharamsala, India - Un grupo de indios, muchos de los cuales se graduaron del Instituto Indio de Gestión, Ahmedabad, en 1979, que asisten a una conferencia en Dharamsala sobre ética secular, visitaron esta mañana a Su Santidad el Dalái Lama. A ellos se unieron líderes empresariales del Instituto Zuckerberg que están aquí para aprender sobre el Tíbet en el contexto de su ética global en la agenda empresarial.
Su Santidad los saludó como hermanos y les dijo lo importante que es enfatizar que como seres humanos, todos somos iguales.
«En el siglo XXI, el mundo nos pertenece a nosotros, 7.000 millones de seres humanos, y cada país pertenece a la gente que vive allí, no a sus gobernantes. La naturaleza humana básica es compasiva porque somos animales sociales. La comunidad es la base de nuestra supervivencia y hoy en día la tecnología ha ayudado a la humanidad a convertirse en una comunidad».
Elogió las tradiciones indias antiguas de la no violencia «ahimsa» y la compasión «karuna», que, según subrayó, siguen siendo válidas hoy en día. También señaló que las prácticas generales de la India para desarrollar una mente serena y una visión profunda de la realidad han dado lugar a una mayor comprensión de la mente y de las formas de abordar las emociones destructivas.
En el pasado, observó, los centros de aprendizaje estaban asociados en su mayoría a instituciones religiosas. La educación moderna, con sus objetivos materialistas, presta poca atención a los valores internos y a la mente. Las religiones enseñan cómo lograr la paz mental, pero en muchos lugares la influencia de la religión está en declive.
«Soy un gran admirador del espíritu de la Unión Europea y de su énfasis en el bien común. Puesto que la paz ha prevalecido entre los miembros de la UE durante más de 70 años, considero que este espíritu es un signo esperanzador de madurez humana.
»El cambio climático es una crisis urgente a la que se enfrenta la comunidad humana. Aquí en Dharamsala, donde vivo desde 1960, las nevadas son claramente menores. Los científicos están expresando una gran preocupación por las consecuencias para nuestro medio ambiente. Greta Thunberg está incitando a la gente a actuar, lo cual es maravilloso. Un participante en una reunión reciente sobre el medio ambiente me dijo recientemente que si no hacemos nada, en 80 años gran parte del mundo será un desierto. El desafío del cambio climático es un recordatorio vívido de que tenemos que pensar en el bien de toda la humanidad.
»El propósito de nuestras vidas es ser felices y alegres. La paz mental es esencial para ello y para lograrlo tenemos que aprender a abordar nuestras emociones perturbadoras sobre la base de una mejor comprensión del funcionamiento de la mente. Una comprensión más clara de la realidad de que las personas y las cosas no existen como algo sólido de su propio lado, como parecen, puede ser muy útil. Las observaciones de la física cuántica respaldan esto.
Al responder a varias preguntas de la audiencia, Su Santidad señaló que, dado que tratar con personas hostiles puede enseñarnos paciencia, podemos ver a nuestros enemigos como maestros. Él distinguió dos niveles de compasión: la compasión por nuestros amigos y parientes, que está influida por el apego, y la compasión por todos, incluyendo a nuestros enemigos, que es la compasión genuina.
Reiteró su convicción de que la paz en el mundo depende de que los individuos encuentren un enfoque secular de la paz mental.
Invitado a comentar sobre el «deseo», Su Santidad aclaró que es útil diferenciar el deseo realista del no realista, añadiendo que el deseo de ser un buen ser humano es un deseo positivo.