Minneapolis, MN, EE.UU. - Esta mañana llovía cuando Su Santidad el Dalái Lama dejó su hotel para visitar el campus de la Fundación de Tecnología Auditiva Starkey. La cofundadora Tani Austin y sus hijos le dieron la bienvenida a su llegada y le acompañaron a las instalaciones donde Bill Austin lo esperaba para mostrarle los alrededores. Su Santidad pudo observar mientras un par de miembros de su séquito se sometían a una revisión de sus oídos —un proceso que se mostraba claramente en una pantalla— y se hicieron los preparativos para tratarlos. Mientras tanto, él y Bill Austin hablaron sobre la importancia crucial de la audición en el lenguaje y las comunicaciones humanas.
En su discurso a 2000 empleados de Starkey, Su Santidad mencionó que había conocido a Bill Austin en una visita previa a los Estados Unidos y que posteriormente Austin había ido a visitarlo a Dharamsala. Expresó su admiración por el trabajo que están haciendo para ayudar a la gente a mejorar y recuperar su audición.
«Todos nosotros, 7.000 millones de seres humanos, queremos vivir una vida feliz. Cuando somos niños necesitamos y valoramos el afecto de nuestros padres, pero a medida que crecemos parece que lo descuidamos cada vez más. Nuestro sistema educativo tiende a fijar metas materiales, prestando poca atención a los valores humanos básicos.
»Todas nuestras tradiciones religiosas transmiten un mensaje de amor, tolerancia y perdón, autodisciplina y contentarse. Seguir estas enseñanzas debería hacernos compasivos, pero somos conscientes de que hoy en día hay personas que se pelean, luchan e incluso matan en nombre de la religión. Nuestro sistema educativo da poca orientación sobre el amor y el afecto, a pesar de lo que tenemos en común los 7.000 millones de seres humanos. Nacemos de la misma manera, nos criamos de la misma manera y morimos de la misma manera.
»Los científicos señalan que la naturaleza humana básica es compasiva y que una mente sana es importante para nuestra salud física. Dado que la bondad es la base de una vida feliz, mi compromiso número uno es promover la conciencia de la importancia de un corazón bondadoso. Nadie quiere problemas y, sin embargo, muchos de los problemas a los que nos enfrentamos son obra nuestra, porque nos centramos en diferencias secundarias entre nosotros como la raza, el color y la fe.
»No resolveremos esto a través de la oración mientras haya una contradicción entre nuestras oraciones y nuestro comportamiento. En cambio, debemos hacer un esfuerzo, con una fuerte motivación, para servir a los demás. Podemos emplear la tecnología y las habilidades, como hacéis vosotros, para tratar de construir una humanidad más feliz. El lenguaje, y por lo tanto la audición, es crucial para los seres humanos, así que el trabajo que todos vosotros hacéis es realmente útil».
Su Santidad explicó que su segundo compromiso es promover la armonía interreligiosa. Las tristes divisiones que hacen algunas personas por motivos religiosos son una extensión de la división entre «nosotros» y «ellos» que tan a menudo es la base de la explotación, el acoso y la violencia. Reconoció que existen diferencias filosóficas entre las tradiciones religiosas: muchos se centran en servir a un creador, otros hacen hincapié en la calidad de nuestras propias acciones, pero el objetivo común es desarrollar la compasión, la idea de que ayudar a los demás es beneficioso, mientras que perjudicarlos es una fuente de dolor.
La primera persona del público que hizo una pregunta a Su Santidad quería saber cómo ser mejor persona cada día. Él contestó que, de la misma manera que cuando el sistema inmunológico es fuerte, éste se defiende de los virus y otras infecciones, si una persona tiene una mente sana puede defenderse de las emociones destructivas como la ira.
«Es importante entender la forma en que funcionan nuestra mente y nuestras emociones. Por ejemplo, una de las causas y condiciones de la ira es el miedo. Y una vez que la ira ha estallado, puede conducir al odio, así que tenemos que abordarla pronto. La ira tiende a surgir espontáneamente, pero podemos desarrollar compasión a través del entrenamiento. Si comparamos el valor de la ira y la compasión, podríamos pensar que la ira aporta energía, pero el problema es que esta energía es ciega. Es normal observar la higiene física para mantener la salud, lo que también necesitamos para formarnos es higiene emocional».
Cuando una persona preguntó qué hacer frente a tanta guerra y problemas en el mundo, Su Santidad tuvo claro que el impulso de tratar de resolver los problemas mediante el uso de la fuerza es obsoleto y desfasado. Dijo que como ahora todos somos tan interdependientes, la solución apropiada es entablar un diálogo, algo a lo que todos podemos contribuir. Reiteró su admiración por el espíritu de la Unión Europea que ha preservado la paz entre sus miembros durante 60 años. También recordó a sus oyentes que, dado que Estados Unidos es una nación líder del mundo libre, deben tener en cuenta que la democracia, la libertad y la igualdad siguen siendo de vital importancia hoy en día.
Finalmente, el músico Gene Simmons informó de que había venido a escuchar a Su Santidad porque su madre de 92 años, una sobreviviente del holocausto y a quien él siempre escucha, le había dicho que lo hiciera. Su Santidad le dio las gracias por su alentador comentario y respondió que él también consideraba a su madre como su primera maestra de bondad y compasión.
Mañana Su Santidad participará en una mesa redonda sobre la bondad y la compasión.