Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, escoltado por representantes de los patrocinadores de estas enseñanzas, Su Santidad el Dalái Lama llegó al Tsuglagkhang a las 8:30 horas. Reconoció a los miembros del público, estrechó la mano de algunos, sonrió y saludó a otros, y tomó asiento en el trono.
«El magnífico maestro Nagaryuna dijo que los Budas enseñan sobre la base de las dos verdades, la convencional y la última —comenzó—. La verdad convencional se basa en las apariencias e incluye la práctica del amor, la compasión y la bodichita. La verdad última nos habla de la realidad y consiste en la vacuidad de existencia intrínseca».
Continuó citando el famoso estrofa de Matriceta:
Los Victoriosos no lavan con agua las faltas,
no quitan el sufrimiento con sus manos
ni transfieren sus realizaciones a otros.
Es enseñando la realidad del ser en sí como liberan a los seres.
Lo esencial es que los Budas ayudan a otros seres enseñando la realidad tal y como es. Su Santidad mencionó que la educación se considera generalmente importante como una forma no sólo de ayudar a las personas a mejorar, sino también de eliminar la ignorancia. En la actualidad, debido a la ignorancia, perjudicamos nuestra salud y dañamos nuestro medio ambiente. Nos creamos problemas debido a una miopía que equivale a la ceguera. Sin embargo, dijo, todo tipo de ignorancia tiene su origen en una idea básica errónea sobre la existencia independiente de los fenómenos.
«Aquí y ahora, en el siglo XXI —declaró Su Santidad—, no basta con seguir a Buda por seguir la tradición. Necesitamos tener un corazón cálido, cultivar el amor y la compasión, como se enseña en todas las tradiciones religiosas importantes, pero también necesitamos saber de qué tratan las enseñanzas de Buda. Meditar en la vacuidad con una concentración unipuntual nos permitirá comprender cuál es la naturaleza de la realidad y saber así en qué consiste la liberación.
»Si no comprendemos lo que es la liberación, no entenderemos la cesación. Entonces no entenderemos el Dharma, el verdadero camino. En consecuencia, tampoco comprenderemos lo que es la Sangha, ni cuál es el papel del Buda, alguien que enseña la realidad tal y como es. Por eso es importante entender las enseñanzas del Buda. Es a través de la comprensión que podremos preservar su enseñanza, por lo que es necesario que las personas laicas también lo estudien y no dejen que el conocimiento recaiga sólo en los monásticos. Una de las características claras de la tradición de Nalanda es que nos exige utilizar nuestra inteligencia al máximo.
»Ayer mencioné un comentario, a este texto, escrito por Chandrakirti. También hay un breve comentario de Khenpo Shenga, y uno de Gyaltsab Dharma Rinchen. Este texto tiene 16 capítulos, los primeros ocho se centran en el aspecto del método de la práctica, los segundos ocho se centran en la verdad última. Los cuatro primeros capítulos tratan del abandono de la creencia en la permanencia, en el placer, en la pureza y en el orgullo».
Su Santidad comenzó a leer y explicar los versos del texto. En el transcurso de su explicación volvió a mencionar los problemas que el cambio climático está suponiendo para todos nosotros. Señaló el daño que están causando las emisiones de carbono al inducir el calentamiento global, pero se mostró confiado en que, si realmente nos esforzamos, se puede lograr el cambio. Citó el ejemplo del daño a la capa de ozono y las medidas efectivas adoptadas para revertirlo. Subrayó que si hacemos un esfuerzo real para reducir las emisiones de carbono, para restringir nuestro uso de combustibles fósiles, cambiando en su lugar a fuentes de energía limpias, como la generación de energía solar y eólica, se compensará y reparará el daño ya hecho.
Al departir sobre la naturaleza de la conciencia y su continuidad, Su Santidad comentó que una prueba de la existencia de vidas anteriores es la memoria. Relató que había conocido a un par de niñas indias que tenían recuerdos claros y vívidos de sus vidas anteriores. Observó que los científicos están empezando a interesarse más por la conciencia como algo más que una mera función del cerebro. Nos contó que había preguntado si está garantizado que se produzca la concepción en el caso de que los componentes físicos necesarios para la vida humana: el óvulo, el esperma, el útero... se encuentren en condiciones perfectas. Varios científicos expecializados le han dicho que no, lo que nos lleva a pensar que la presencia de otro factor, la conciencia, también está implicada.
Su Santidad narró la historia de una treintena de personas de la comunidad tibetana en el exilio que, desde 1959, han quedado, tras la muerte clínica, en un estado de meditación durante días o semanas en el que sus cuerpos permanencen frescos. Dijo que esto se debe a que, en esos casos, la mente más sutil no ha abandonado el cuerpo. La mente más sutil no tiene principio ni fin. Es la que avanza hasta la Budeidad.
Un consejo, hacia el final del cuarto capítulo, dirigido a los reyes y gobernantes hizo que Su Santidad comentara que ahora, en el siglo XXI, estamos a favor de la democracia, en la que los líderes son elegidos para servir a los deseos de las personas y son responsables ante ellas.
Los cuatro primeros capítulos que Su Santidad ha completado trataban sobre la renuncia a los placeres de esta vida con vistas a obtener un renacimiento superior en el futuro. Mañana iniciará los siguientes capítulos, en los que describirá los medios para alcanzar la liberación y se centrará especialmente en las acciones de un bodisatva.