Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Al comienzo de la conversación virtual de esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama observó los rostros que aparecían en las pantallas frente a él, saludó con la mano y dijo: «Buenos días y namaste».
Prakash Singh, Presidente de la Fundación de la Policía India (IPF), dio la bienvenida a Su Santidad en nombre de los miembros de la IPF y de la Policía India en general. Explicó que el Cuerpo de Policía de la India fue creado originalmente por los británicos para apoyar el control imperial que ejercían sobre el país. Hoy en día, dijo, la policía debe reflejar los valores democráticos de la India independiente, siendo humana, compasiva, justa y equitativa. Singh declaró que existe un interés por transformar la policía india en esta línea y citó el consejo de Su Santidad de que el amor y la compasión no son lujos; los necesitamos para sobrevivir.
Tras presentar a Su Santidad al público, le invitó a dirigirse a ellos.
«Gracias —contestó Su Santidad—, me siento muy feliz de poder intercambiar hoy opiniones con los miembros de la policía india. He vivido casi toda mi vida en presencia de personal de seguridad. Durante nueve años en el Tíbet, fueron policías chinos. Desde 1959, son policías indios. Ambos trabajaban para protegerme, pero la policía china tenía un segundo deber, que era vigilarme.
»China es la nación más poblada de la Tierra, tiene una cultura antigua y ha sido tradicionalmente un país budista, pero allí no hay libertad. Es un régimen totalitario. En cambio, en la India hay auténtica libertad y democracia. Todas las religiones principales del mundo florecen aquí. Cuando me reúno con musulmanes indios, compruebo que no hay disputas entre chiítas y sunitas. Durante miles de años, los indios han observado la "ahimsa" y la "karuna" (no violencia y compasión). Estos son los principios que sigue el país y la democracia se ajusta a ellos.
»Se reconocen todas las tradiciones religiosas, comunidades locales, y diferentes lenguas y alfabetos, y las personas que pertenecen a los diferentes grupos están contentas de formar parte de la India. Esto es un ejemplo para todo el mundo. Personas con lenguas y culturas diferentes pueden convivir y la policía india es protectora de la 'ahimsa' y la 'karuna' que subyacen a este sentimiento de pertenencia.
»Estoy contento con la policía india. No les tengo miedo. Todas las mañanas, cuando salgo de mi casa, veo allí a los policías que me protegen día y noche. Los saludo y a menudo bromeamos juntos.
»Quería decirles es que las actuales generaciones jóvenes de indios deberían prestar más atención a la 'ahimsa' y a la 'karuna', principios que todo el mundo necesita. Los británicos introdujeron la educación moderna y los avances tecnológicos, que son útiles. Pero ustedes, los indios, también deberían preservar sus propias tradiciones, que tienen miles de años».
Su Santidad señaló que en el siglo pasado, la forma en que Mahatma Gandhi practicó la no violencia durante la Lucha por la Libertad impresionó mucho a otros, desde Nelson Mandela en Sudáfrica hasta Martin Luther King en Estados Unidos. También en este siglo, la India, donde conviven pacíficamente personas con diferentes idiomas, diferentes credos, etc., puede servir de ejemplo al resto del mundo. En un mundo en el que se presta demasiada atención a las diferencias de raza, nacionalidad y religión, India puede promover la armonía entre personas y naciones.
«Los siete mil millones de personas que viven hoy en día —observó—, somos todos iguales en cuanto que seres humanos. Todos tenemos que vivir juntos en este planeta. Vivimos en una economía global. Nos enfrentamos a problemas como el calentamiento global que nos afectan a todos. Las diferencias entre nosotros son secundarias. Lo importante es reconocer la unidad de la humanidad. Esta ideología hace que me sienta en casa dondequiera que vaya.
»Aprecio mucho a la policía india, que no sólo protege a la nación, sino también estos principios de no violencia, compasión y armonía que el mundo necesita».
Al responder a las preguntas de los asistentes, agentes de policía de toda la India, Su Santidad hizo hincapié en que la calidad de una acción depende de la motivación que haya detrás. A veces, por buenas razones, pueden ser necesarias medidas duras. Riendo, señaló que entre las muchas deidades representadas en los templos tibetanos, algunas son feroces e iracundas. Sin embargo, todas son expresiones de compasión. Al responder a situaciones concretas, lo importante es tener una motivación positiva y ver el objetivo desde una perspectiva más amplia.
Su Santidad mencionó que los miembros de la policía y del ejército que vigilan las fronteras están protegiendo no sólo la tierra, sino también la cultura y los valores que han evolucionado aquí. Están haciendo sacrificios en defensa de principios humanitarios como la libertad. Por ello, deben ser valientes y estar decididos a seguir adelante.
Dado que la policía india defiende la libertad y la democracia, puede haber ocasiones en las que se requieran medidas duras. Reiteró que lo importante es que examinen su motivación y recuerden los principios que rigen su actuación.
Su Santidad reconoció que el trabajo policial puede ser estresante y recomendó ver las cosas desde una perspectiva más amplia. A veces es necesario ser estricto. Citó un ejemplo de su infancia. Uno de sus profesores, reconociendo la inteligencia, la energía y la tendencia a ser travieso del joven Dalái, aconsejó a otro profesor que fuera estricto y severo con él. El objetivo era beneficiar al joven a largo plazo.
«Cuando miramos las cosas desde una perspectiva más amplia —explicó Su Santidad—, podemos notar que los seres humanos son animales sociales. Cada uno de nosotros sobrevive en dependencia de la comunidad en la que vive. Por lo tanto, mostrar compasión y preocupación por otros miembros de nuestra comunidad es, en última instancia, bueno para nosotros también. En cambio, si somos egoístas, tenderemos a no ser felices.
»Ser compasivo es algo básico en la naturaleza humana. El beneficio que la simple bondad aporta a la comunidad es una cuestión de sentido común. Para reforzar estas cualidades positivas, debemos combinar los antiguos principios indios de 'ahimsa' y 'karuna' con la educación moderna.
»Al igual que la observación de la higiene física es necesaria para la salud corporal, tenemos que aplicar la higiene emocional, aprendiendo a atajar nuestras emociones destructivas, si queremos conseguir la paz mental. Puesto que todos queremos ser felices, todos necesitamos saber cómo cultivar la paz interior, tanto si seguimos una tradición religiosa como si no. En la tradición laica de la India, mostrar respeto por todas las religiones es importante, pero la práctica religiosa es una cuestión personal, mientras que cultivar la compasión afecta a toda la comunidad. Es más, mantener una motivación compasiva forma parte de la práctica del Dharma. Es la manera de mantenernos positivos y optimistas».
Su Santidad sugirió que para inspirar la confianza del público, la policía debe combinar siempre la compasión con la inteligencia. Y en una democracia, la policía tiene que guiarse por los valores democráticos, manteniendo al mismo tiempo el respeto por la «ahimsa» y la «karuna». Añadió que también es importante ser prácticos. El hecho de que este sea un país libre y democrático no significa que todo el mundo esté motivado por principios morales. Cuando algunas personas son egoístas y se comportan mal, puede ser necesario tomar medidas estrictas para proteger la paz y la armonía de la sociedad en general.
Por último, se le preguntó a Su Santidad sobre el sistema de justicia budista. Respondió que no sabía si había uno. En general, la práctica budista es un asunto personal. Si un monje rompe uno de los preceptos principales, puede ser expulsado de la comunidad monástica, pero no hay otros castigos. Otras tradiciones religiosas pueden establecer normas de conducta y códigos de comportamiento, pero el budismo se ocupa principalmente de entrenar la mente —de la transformación mental— y de cultivar valores internos como la compasión y la autodisciplina. Los estudiantes formados en un sistema así serán naturalmente más compasivos.
Su Santidad declaró claramente que se opone a la pena de muerte, argumentando que incluso el peor de los malhechores puede cambiar si se le da el tiempo y la oportunidad.
El moderador, N. Ramachandran, agradeció a Su Santidad su sencillo y apropiado consejo en nombre de la Fundación de la Policía India y de la policía india en general. Le deseó buena salud y una larga vida.
«Gracias —respondió Su Santidad—. También me gustaría expresar mi profundo agradecimiento a la policía india que me protege día y noche. No tengo ningún miedo. Confío en ellos y los respeto. Gracias».