Sankisa, UP, India - En el escenario de la carpa que la Sociedad Budista Juvenil había preparado para las enseñanzas, Su Santidad el Dalái Lama se inclinó con las manos unidas hacia el grupo de escolares reunidos ante él y sonriendo les deseó «Buenos días». «Buenos días» le respondieron con entusiasmo antes de arrodillarse para recitar el Mangala Sutta una vez más en Pali.
Su Santidad recitó varios versos de saludo al Buda, así como el mantra del Sutra del Corazón, terminando con el versículo final de la Sabiduría Fundamental del Camino Medio de Nagarjuna:
Me postro ante Gautama, quién a través de su compasión,
enseñó la doctrina correcta para que abandonemos toda teoría.
«Los puntos de vista erróneos de la inteligencia aflictiva no tienen fundamento en la razón —explicó Su Santidad—. En el sistema de la mente, ciertos estados mentales son contrarrestados por sus opuestos, de la misma manera que el calor elimina el frío. Al principio de su Sabiduría Fundamental Nagarjuna rinde homenaje al Buda que enseñó que:
»Aquello que es dependientemente originado no tiene cese, ni nacimiento, no es inexistente, ni permanente, no viene ni va, no es diferente ni es igual
y carece por completo de construcción conceptual.
»Al hacerlo, contrarrestó los ocho puntos de vista extremos. El Buda vio que los seres están atormentados porque no comprenden la realidad. Él les enseñó movido por una compasión y un amor hacia ellos comparable al afecto de una madre por su único hijo. De su propia experiencia enseñó el surgimiento dependiente para contrarrestar la ignorancia.
»A su vez, Je Tsongkhapa también alabó al Buda:
»Entre los maestros, el maestro del surgimiento dependiente,
Entre los conocimientos, el conocimiento del surgimiento en dependencia.
Estos dos, como un poderoso conquistador en el mundo,
sabes que son supremos, mientras que otros no lo son.
»En el capítulo 24 de la Sabiduría Fundamental, Nagarjuna escribe:
»El que vea el surgimiento dependiente
también ve el sufrimiento,
y su origen,
y su cese, así como el camino.
Su Santidad comentó que los fenómenos están relacionados entre sí y dependen unos de otros. La gente común sabe que los efectos surgen de sus causas, pero no piensan en cómo las causas también dependen de su efecto. Es debido a que la causa y el efecto surgen de manera dependiente que podemos hablar de causalidad.
»Gautama el Buda enseñó acerca de la mente despierta de la bodichita, así como sobre la visión correcta. Hay dos sistemas para cultivar la bodichita: el método de las seis causas y un efecto y el de intercambiarnos a nosotros mismos por los demás. De los dos, el intercambiarnos por los demás está dirigido a los practicantes de inteligencia aguda».
Al retomar la Guía de la forma de vida del Bodhisattva, Su Santidad llamó la atención sobre lo que está escrito al principio del cuarto capítulo: «Tras haberte comprometido a trabajar para el beneficio de los demás, si no lo haces, es como engañar a los seres sensibles». Por eso es necesario cultivar el altruismo a diario.
»En este momento en que tenemos la oportunidad de una vida humana y hemos encontrado las enseñanzas del Buda, podemos estar al servicio de los demás. El Buda estaba al servicio de multitudes de seres. Tener la oportunidad, pero no aprovecharla, es subestimar la vida que tenemos».
Su Santidad citó las estrofas 28 y 29 que nos preguntan cómo hemos sido abusados y engañados por las emociones destructivas. Ellas son el verdadero enemigo. Destruyen nuestra felicidad. Ya que estas permanecen dentro, deben ser opuestas desde dentro. Esta es la naturaleza de la conciencia. Del capítulo 5 citó el verso 108 que dice: «La característica que define la vigilancia en síntesis es sólo ésta: examinar una y otra vez el estado de mi cuerpo y de mi mente».
Leyendo el capítulo sobre la paciencia, Su Santidad señaló que la paciencia contrarresta la ira, una de las más destructivas de las emociones perturbadoras. Sin embargo, sólo se puede cultivar si alguien te provoca, como explica la estrofa 111: «Por lo tanto, puesto que la aceptación paciente sólo se produce en dependencia de alguien con una actitud de odio, esa persona, como el sagrado Dharma, es digna de veneración porque es una causa de paciencia». Consideramos enemigos a aquellos que nos hacen daño cuando debemos mirarlos con gratitud y afecto. Como dice la estrofa 113: «Las cualidades de un Buda se obtienen de los seres sensibles y de los conquistadores por igual, ¿por qué no los respeto de la misma manera que respeto a los conquistadores?»
Al llegar al final del capítulo, Su Santidad comentó que los obstáculos para el esfuerzo son la pereza, la distracción y la baja moral. Instó a sus oyentes a no ceder a una moral baja porque no lleva a ninguna parte.
Las primeras estrofas del capítulo sobre meditación discuten la necesidad de concentración y cómo evitar sus escollos: la laxitud y la excitación. También encontramos una apreciación de las cualidades de la soledad. Cuando se trata de meditar sobre la mente del despertar, la estrofa 90 dice: «En primer lugar, debo hacer un esfuerzo para meditar sobre la igualdad entre yo y los demás. Debo proteger a todos los seres como a mí mismo porque todos somos iguales en desear placer y en no desear dolor». El texto continúa preguntando: «Cuando tanto yo como los demás nos parecemos en que deseamos ser felices, ¿qué hay de especial en mí?». Su Santidad citó entonces las estrofas de los versículos 129 - 131:
Cualquier alegría que haya en este mundo
viene de desear que los demás sean felices,
y cualquier sufrimiento que haya en este mundo
proviene de desear mi propia felicidad.
Pero, ¿qué necesidad hay de decir mucho más?
Los infantiles trabajan para su propio beneficio,
los Budas trabajan para el beneficio de otros.
¡Mira la diferencia entre ellos!
Si no intercambio mi felicidad
por el sufrimiento de los demás,
No solo no alcanzaré la Budeidad,
tampoco en el samsara tendré felicidad.
Su Santidad mencionó a Mahatma Gandhi, a la Madre Teresa, a Nelson Mandela y al Obispo Desmond Tutu como ejemplos de personas cuya dedicación a los demás, más que a sí mismas, las hizo populares.
Las estrofas 169 - 172 registran cómo argumentar con la actitud egocéntrica.
Su Santidad tocó brevemente el capítulo sobre la sabiduría, señalando que cuando nuestra motivación es la bodichita, la meditación sobre la vacuidad nos ayuda a cumplir el objetivo de alcanzar la Budeidad. Concluyó leyendo sus dos estrofas finales: ¿Cuándo aliviaré a los atormentados por el fuego del sufrimiento, con los aguaceros de la felicidad brotando de las nubes de mis méritos? ¿Cuándo enseñaré respetuosamente la vacuidad y la acumulación de méritos —en términos de la verdad convencional y sin reificación— a aquellos cuyos puntos de vista son reificados?
«He completado esta lectura de la Guía de la forma de vida del Bodisatva, la más excelente explicación de cómo desarrollar una mente despierta que valora el bienestar de los demás más que el propio.
»Llevad este libro con vosotros. También puede ser vuestro profesor. Leedlo una y otra vez hasta que se vea desgastado. Hemos completado la enseñanza y pronto me iré. Ustedes también se irán a casa y aunque estemos físicamente separados, en espíritu permaneceremos juntos. Cuando podáis, pensad en lo que os he dicho».
En las palabras de agradecimiento que siguieron, algunos organizadores expresaron su agradecimiento a los medios de comunicación que informaron sobre los eventos, al personal de cocina por preparar los alimentos, a todos los que facilitaron la transmisión por Internet que puso la enseñanza a disposición de miles de personas más, a los artistas de TIPA y Tawang, y a los niños y sus maestros que recitaron el Mangala Sutta todos los días.
Se leyó una declaración financiera.
Su Santidad abandonó el escenario, pero continuó interactuando con la gente que se adelantó para saludarlo mientras se dirigía a su coche. Se dirigió directamente al aeropuerto de Farrukhabad desde donde voló de vuelta a Delhi.