Kyoto, Japón, 9 de noviembre de 2106 - Su Santidad el Dalái Lama llegó ayer a Japón en su 23ª visita ampliada al país. Fue recibido en el aeropuerto de Narita por el representante Lungtok, el Sr. Hiraoka Kouichi, por el director de la escuela secundaria de Seifu y por el principal organizador de la visita, por algunos viejos amigos japoneses y por un representante de la embajada de la India. Aproximadamente 100 tibetanos esperaban fuera del aeropuerto para dar a Su Santidad una bienvenida tradicional.
En una breve charla con los medios de comunicación japoneses en el aeropuerto, Su Santidad dijo que estaba muy interesado en conocer a los jóvenes durante su visita, ya que son ellos los que asumirán la responsabilidad de crear un mundo más feliz y pacífico. Destacó la importancia de desarrollar los valores internos, señalando que el desarrollo material por sí solo no trae la felicidad interior.
Después de pasar una noche de descanso en Narita, Su Santidad viajó por Shinkansen a Kyoto. Un corto viaje desde la estación lo llevó al Templo Higashi Honganji donde fue recibido por el Sacerdote Principal Otani Choujyun.
Su Santidad expresó a una audiencia de más de 500 personas el honor que sentía al visitar un templo tan histórico. Explicó que cuando visita los países occidentales, duda en hablar de budismo a las personas de origen judío-cristiano. Sin embargo, como Japón es tradicionalmente un país budista, se siente cómodo aconsejando a sus oyentes que sean budistas del siglo XXI. Esto implica estudiar y llegar a una comprensión adecuada de lo que el Buda enseñó y de lo que son las Tres Joyas. La mera fe sin razón no es suficiente.
Después de recitar el Sutra del Corazón, Su Santidad explicó cómo el dharani: «Gate, gate, paragate, parasamgate, bodhi svaha» indica llegar a comprender la vacuidad y progresar a través de los Cinco Caminos. Mencionó que el contenido explícito de los Sutras de la Perfección de la Sabiduría es la manera de comprender la vacuidad, y que en la tradición tibetana esto se estudia durante 20 o 30 años.
Su Santidad contestó entonces a algunas preguntas del público.
Una pacifista preguntó cómo podía aplicar la comprensión de la vacuidad a su profesión. Su Santidad respondió que era importante que buscase al menos 30 minutos en su rutina diaria para pensar en la vacuidad. Expresó su aprecio por el trabajo que ella realiza, pero subrayó que la paz genuina se basa en la paz interior.
«La paz no es una mera ausencia de guerra o violencia, es algo más profundo que eso. Lo que lleva a la paz interior es cultivar un corazón compasivo. Es desarrollar la paz interior lo que crea individuos y comunidades pacíficas, y una humanidad pacífica. Hablamos de un mundo desmilitarizado, pero primero hay que lograr el desarme interno. Aunque no lo vea en mi vida, estoy convencido de que si hacemos un esfuerzo serio ahora, el mundo podría convertirse en un lugar más pacífico en la última parte del siglo XXI».
Cuando se le preguntó cómo llevar la compasión a los negocios, Su Santidad dijo que la calidad de todas las acciones depende de la motivación de las mismas. En la actualidad, debido a que el sistema educativo existente está orientado hacia objetivos materiales, adoptamos una visión materialista de la vida. Sin embargo, por sí misma esta no conduce a la felicidad. Hoy en día, a pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, nos enfrentamos a muchos problemas, esencialmente porque carecemos de principios morales. Necesitamos cultivar la compasión y un mayor respeto por el bienestar de los demás. Cuando la acción está motivada por la ira o el odio, produce resultados perjudiciales. Las acciones motivadas por la compasión producen resultados beneficiosos.
Al concluir su reunión, Su Santidad y el Sacerdote Principal Otani Choujyun emitieron una declaración conjunta:
«El propósito de nuestras vidas es ser felices. Buda nos enseñó cómo eliminar el sufrimiento y cómo obtener la felicidad.
»Para ser felices debemos reconocer la bondad de los demás, la bondad de nuestros padres, hermanos, cónyuges, amigos, maestros, de todos los seres sensibles e incluso del medio ambiente natural. Reconocer la bondad de los demás nos llevará a sentir compasión por los demás.
»Basándonos en las enseñanzas de Buda, todos los que estamos aquí reunidos hoy declaramos nuestro compromiso de hacer todo lo posible para crear una sociedad mejor para ayudar a todos en el mundo a alcanzar la felicidad».
Desde Kyoto, Su Santidad se dirigió a Osaka, donde fue recibido por un pequeño grupo de amigos y simpatizantes, incluyendo a Hiraoka Hidenobu, Director de la Escuela Secundaria de Seifu y un viejo amigo del pueblo tibetano.
Mañana, Su Santidad comenzará a enseñar Una guía para el modo de vida del Bodisatva de Shantideva.