Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama hizo un circuito por el Tsuglagkhang, el templo tibetano principal, de camino a pronunciar un discurso ante unas 7.000 personas, entre ellas 1.300 de Taiwán, así como muchos monjes de vacaciones de los monasterios del sur de la India. Sonreía a los que veía a su paso, tendiendo de vez en cuando la mano a un anciano o anciana que le llamaba la atención.
En el templo, Su Santidad saludó calurosamente al Titular del Trono de Ganden y tomó asiento en el trono. Se recitó el Sutra del corazón en chino, tras lo cual se le ofreció un mandala.
«Hoy vamos a dar una enseñanza sobre dharma —comenzó Su Santidad—. Cuando venía hacia aquí, escuchar cómo ustedes recitaban la oración de Mig-tsé-ma, dedicada a Lama Tsongkhapa, me recordó que no sólo nací cerca de su lugar de nacimiento, sino que también comparto sus puntos de vista filosóficos. Sin embargo, la supervivencia del budadharma no está ligada a un lugar concreto y los tibetanos que estamos en el exilio hemos hecho todo lo posible por mantenerlo vivo. Las enseñanzas de Ye Rinpoché se han extendido por todo el mundo y yo he hecho todo lo posible por esclarecerlas.
»Cuando estaba en el Tíbet, y también desde que abandoné el País de las Nieves, una de mis prácticas más importantes ha sido leer los 18 volúmenes de las Obras Completas de Ye Rinpoché. Les tengo un aprecio especial y siento una estrecha conexión con ellas. Hoy leeré sus Tres aspectos principales del camino.
»La identidad fundamental de los tibetanos se centra en la doctrina del Buda. La hemos mantenido viva y la hemos conservado bien mediante el estudio y la práctica. En consecuencia, muchas personas interesadas en el dharma prestan atención a nuestra tradición».
El té y el pan servidos a la congregación fueron bendecidos con la recitación de una estrofa que celebra los nombres de Su Santidad:
Te ruego, Oh Supremo y Noble Portador del Loto (Padmapani):
tú eres la adamantina Gloria Gentil con la Maestría del Habla,
tu vasija de Sublime Perspicacia está repleta del néctar de la Sabiduría Exaltada.
¡Oh, joya embellecedora del vasto y lúdico Océano de los Defensores del Dharma!
«Hubo una predicción en la época de Buda —continuó Su Santidad—, de que el budadharma se extendería del norte al norte. Tras su iluminación, el Buda comenzó su enseñanza explicando las Cuatro Nobles Verdades. A su debido tiempo, lo que tenía que decir se extendió por todo el Tíbet, que está al norte de la India, y hasta Mongolia, que está al norte del Tíbet. Los tibetanos en el Tíbet y en el exilio han mantenido viva la tradición a través del estudio y la práctica de los Tres Entrenamientos Superiores: ética, concentración y sabiduría. El interés ha crecido en todo el mundo porque estos entrenamientos están arraigados en la razón y la lógica.
»Los tres principios del camino son la renuncia, o la determinación de alcanzar la liberación, la mente que aspira al despertar y la visión correcta. La determinación de alcanzar la liberación no conduce a la iluminación directamente, necesita ser intensificada y acompañada por los otros dos principios.
»Shantarakshita, entre los maestros indios invitados por los reyes tibetanos al Tíbet, estableció allí las enseñanzas de Buda. Hemos estudiado y meditado sobre lo que nos enseñó y hemos puesto en práctica los tres entrenamientos superiores y los Tres aspectos principales del camino.
»Cuando desarrollemos la determinación de alcanzar la liberación, ya no nos sentiremos atraídos por los placeres y las atracciones de esta vida o de las vidas futuras en la existencia cíclica. Nos apartaremos de ellos. Sin embargo, no alcanzaremos el estado de omnisciencia sin la mente que aspira al despertar o bodichita y una visión correcta de la vacuidad.
»Desde el principio de mi jornada, nada más despertarme por las mañanzas, cultivo la mente que aspira al despertar y la comprensión de la vacuidad. Cuando escucho noticias tristes, aprovecho para desarrollar la determinación de liberarme del samsara. Comprendiendo el funcionamiento de la mente y las emociones, y viendo cómo los fenómenos surgen de forma dependiente, podemos llegar a darnos cuenta de que el sufrimiento tiene sus raíces en la ignorancia.
«Hemos de integrar los Tres aspectos principales del camino en nuestro interior. Tienen que convertirse en parte de nuestra experiencia interna».
Su Santidad comenzó a leer enérgicamente el texto señalando que sin una determinación pura de lograr la liberación no hay forma de detener la atracción por los placeres de la existencia cíclica. Necesitamos invertir la atracción por esta vida así como invertir la atracción por las vidas futuras. Cuando no deseemos ni por un instante los placeres de la existencia cíclica, y día y noche permanezcamos atentos a la liberación, habremos producido la renuncia.
Sin embargo, la renuncia sin una mente que aspire al despertar o bodichita pura, no produce la iluminación completa. Por lo tanto, los bodisatvas generan la mente que aspira al despertar de manera excelente. Reflexionan sobre cómo todos los seres, nuestras madres, son arrastrados por la corriente de los cuatro poderosos ríos, atados por fuertes lazos de acciones tan difíciles de deshacer, atrapados en las redes metálicas del egocentrismo, y completamente envueltos por la oscuridad de la ignorancia, nacen y renacen en una existencia cíclica sin límites, y son incesantemente atormentados por los tres tipos de sufrimiento. Pensar en ellos de este modo nos ayudará a generar la mente que aspira al despertar, también llamada bodichita.
El texto aborda cómo, a pesar de tener estos dos aspectos, si no tenemos la sabiduría, la comprensión de la vacuidad, no podemos cortar de raíz la existencia cíclica. Por lo tanto, debemos esforzarnos por comprender el surgimiento dependiente.
Lama Tsongkhapa afirma que las apariencias son surgimientos dependientes infalibles, mientras que la vacuidad está libre de afirmaciones. Pero mientras estas dos comprensiones se consideren separadas, no habremos realizado la intención de Buda. Sin embargo, cuando estas dos comprensiones son simultáneas y concurrentes, el análisis de la visión profunda está ya completo. Continúa revelando que las apariencias refutan el extremo de la existencia, y la vacuidad refuta el extremo de la no existencia. Cuando comprendamos el surgimiento de la causa y el efecto desde el punto de vista de la vacuidad, no nos cautivará ninguna de las dos visiones extremas.
Ye Rinpoché aconseja a su discípulo Ngawang Drakpa, a quien envió estos versos, que haga brotar en su mente Los tres aspectos principales del camino, que se retire en soledad, que se esfuerce mucho y que alcance rápidamente la meta final.
Su Santidad anunció que ofrecería el voto del bodisatva. Señaló que la lectura de libros sobre la mente del despertar o bodichita y sus cualidades, como El Modo de vida de los bodisatvas, de Shantideva, le resulta conmovedora e inspiradora. Dijo que tales libros nos animan a trabajar por todos los seres sensibles a lo largo de todo el espacio.
«Cuando Buda emprendió por primera vez el camino hacia la iluminación —aconsejó Su Santidad—, generó esa mente que aspira al despertar. Deberíamos emularle».
Su Santidad leyó las estrofas para tomar refugio en las Tres Joyas y generar la mente del despertar, animando a los miembros de la congregación a generar la mente del despertar y a tomar el voto de bodisatva. A continuación, repitió los versos de El modo de vida de los bodisatvas a modo de celebración.
Hoy mi vida ha dado fruto,
he obtenido esta existencia humana para bien.
Hoy he nacido en el linaje de los Budas,
y ahora soy un hijo de los Budas.
Desde ahora, por todos los medios
me comportaré conforme a este linaje,
sin dejar que ninguna falta mancille
esta noble e inmaculada estirpe.
«Observamos que hay mucha gente en todo el mundo obsesionada con las armas y el uso de la fuerza —observó Su Santidad. Como practicantes del dharma deberíamos evitar esto. Nada bueno se deriva del uso de la fuerza. Matar a tanta gente sólo trae más sufrimiento. Dejando a un lado el apego, la ira y el odio deberíamos trabajar en su lugar para beneficiar a todos los seres sensibles. Es mucho mejor que desarrollemos la bodichita en nuestro interior y que este sea nuestro principal objetivo».
Entre varias preguntas de la audiencia, se le preguntó a Su Santidad cuál es la causa principal para no separarse del maestro espiritual. Respondió que prestar atención a las enseñanzas recibidas y ponerlas en práctica crea un fuerte vínculo con el maestro.
Otro interrogador quiso saber si el cultivo constante de prácticas como el ponernos en el lugar de los demás conduciría a una experiencia genuina. Su Santidad respondió que si familiarizamos nuestra mente con dicha práctica, ésta acabará dando lugar a una experiencia, a una sensación. En términos de bodichita nos sentiremos cada vez más cerca de ella. Repitió la estrofa relativa a los cuatro deseos inmensurables.
Que todos los seres tengan felicidad y las causas de la felicidad.
Que todos los seres carezcan del sufrimiento y de las causas del sufrimiento.
Que todos los seres se regocijen en el bienestar de los demás.
Que todos los seres vivan en paz, libres de codicia y de odio.
«Si nos familiarizamos con la bodichita, con el tiempo nos impregnaremos de ella. Cultivo la bodichita y la visión de la vacuidad a diario y siento que ha nacido una experiencia sólida en mí».
Preguntado sobre cómo debería actuar un principiante para evitar que su conciencia de la bodichita decaiga, Su Santidad simplemente mencionó que si se persevera en una práctica, ésta no decaerá. Por último, declaró que la principal causa para tener renacimientos superiores en el futuro es cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad.
Los discípulos taiwaneses expresaron su satisfacción por los consejos de Su Santidad con un estallido de aplausos. Salió del templo, caminó con paso firme hacia el ascensor, sonriendo a algunos simpatizantes mientras avanzaba, y en el patio subió al carro de golf que lo llevaría a casa.