Zúrich, Suiza - Cuando Su Santidad el Dalái Lama subió hoy al escenario del Hallenstadion de Zúrich, ante un aforo de 15.000 personas, saludó a los bailarines de Tashi Shölpa que ejecutaban su danza para darle la bienvenida. Tomó asiento en el trono ante grandes pinturas thangka del Buda Shakyamuni, Avalokiteshvara de cuatro brazos y Tara Blanca.
Un animador tibetano presentó a Thinley Chökyi, representante de la Oficina del Tíbet en Ginebra. Dirigiéndose a Su Santidad como la joya de la corona entre dioses y reyes, y campeón de la paz mundial, le dio una respetuosa bienvenida y le rindió homenaje en nombre de los tibetanos de Suiza y de otros países de Europa.
Declaró que los tibetanos de todo el mundo están haciendo todo lo posible para resolver el conflicto entre China y Tíbet siguiendo el ejemplo de Su Santidad. Añadió que estaban encantados de poder ofrecer oraciones por la larga vida de Su Santidad como muestra de gratitud cuando hizo escala en Zúrich en su viaje de regreso a la India desde EE.UU. tras una exitosa operación de prótesis de rodilla.
«Que aún pueda regresar al Tíbet, ocupar su asiento en el Trono del León en el Palacio de Potala y ofrecer enseñanzas desde allí una vez más», rezó.
Terminó dando las gracias a las distintas autoridades de Zúrich por haber permitido a los tibetanos celebrar hoy este acto.
Un grupo de cantantes y danzas tibetanas cantaron alabanzas a Su Santidad, refiriéndose a él como protector y encarnación de la compasión. Un grupo de lamas sentados a los pies del trono recitó una estrofa para refugiarse en las Tres Joyas y una estrofa que resume las enseñanzas de la perfección de la sabiduría. Hicieron una ofrenda de mandala y comenzaron una representación simbólica de una ceremonia en busca de la larga vida de un Maestro.
Mientras recitaban las oraciones por la longevidad de Su Santidad compuestas por sus tutores, Ling Rinpoché y Trijang Rinpoché, se le entregaron los símbolos de los siete emblemas reales, los ocho símbolos auspiciosos, las ocho sustancias auspiciosas, etcétera. A continuación, se recitó la plegaria por la larga vida de Su Santidad compuesta por Jamyang Khyentsé Chökyi Lodrö, que concluía: «Que tenga una larga vida y que sus actos iluminados se extiendan por todas partes».
A continuación, Su Santidad se dirigió a la audiencia: «Hoy se han reunido aquí, por fe y devoción, personas procedentes de Suiza y de otros países europeos. Los tibetanos estamos imbuidos de las enseñanzas de Buda. Tenemos una fe inquebrantable en ella, que comienza cuando somos niños al recitar la estrofa para tomar refugio y cultivar la mente que aspira al despertar, así como el mantra, Om mani padmé hum.
»He tenido la oportunidad de estudiar y practicar las enseñanzas budistas desde que era un niño pequeño y he descubierto que tienen una base bastante científica. De hecho, estos días vienen a verme científicos que se interesan por las enseñanzas budistas sobre la no violencia y la compasión.
»Como los tibetanos valoramos la bondad, la calidez de corazón y la compasión, somos capaces de demostrar estas cualidades a otras personas. Hemos conocido grandes dificultades a causa de las duras restricciones impuestas por los comunistas chinos, pero nuestra fe y devoción por las enseñanzas de Buda no han decaído.
«Cuando era un niño pequeño, me llevaron al Monasterio de Kumbum, donde vi a jóvenes monjes recitando el mantra de Manjushri, Om ara patsa nadhi. Me sentí inspirado y los imité. Nuestra cultura ha dejado tales huellas en nosotros.
»En el pasado, la gente del mundo exterior no sabía mucho sobre el budismo tibetano, pero con el tiempo, más personas han ido mostrado interés. Especialmente, se sienten atraídas por las enseñanzas sobre el funcionamiento de la mente y las emociones, y las formas de cultivar cualidades positivas en nosotros. Incluso en China, la fe y la comprensión del Buddhadharma han crecido.
»Desde la época de los reyes Songtsen Gampo y Trisong Detsen, nos hemos acostumbrado a que el budismo sea parte de nuestras vidas. Es parte de su valioso legado que hoy tengamos una fe tan firme. Dondequiera que estén los tibetanos, tienen un fuerte sentido ético y fe en las enseñanzas del Buda. Incluso aquellos que no se consideran religiosos reconocen que el budismo tibetano ofrece muchas soluciones a los problemas que enfrentamos hoy.
»Dado que el budismo es una parte importante de nuestra cultura, debemos esforzarnos por mantenerlo vivo. Podemos hacerlo observando la ética y cultivando un corazón cálido, recordando que la práctica religiosa sin ética es como llevar una máscara.
»Por otro lado, cultivar la calidez del corazón es la esencia de la religión. Cultivar la mente del despertar, o bodichita, implica la intención de ayudar a todos los seres sensibles. Nos permite cumplir con los objetivos de los demás y de paso los propios».
«Cuando estuve en Pekín, Mao Zedong elogió mi talante científico, pero al mismo tiempo comentó que la religión es veneno. Sin embargo, creo que si él viviera hoy, entendería mejor por qué merece la pena seguir las enseñanzas del Buda».
Mientras dirigía una breve ceremonia para cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita, Su Santidad recomendó pensar en todos los seres sensibles como si hubieran sido nuestras amables madres. En un esfuerzo por corresponder a esa bondad deberíamos tomar la firme determinación de aportar beneficio y felicidad a todos los seres sensibles. Y una vez generada la bodichita, deberíamos llamar a todos los seres sensibles como nuestros invitados a un festín de felicidad.
«Hemos encontrado esta preciosa vida humana y para que tenga sentido debemos cultivar la bondad y un buen corazón. Si me permiten decirlo, la razón última por la que tienen fe en mí es porque enseño sobre la bodichita y sobre la visión de la vacuidad. Como les he dicho antes, en cuanto me despierto por la mañana, medito en la mente del despertar y, tras haber generado ese pensamiento supremo, invito a todos los seres sensibles como mis huéspedes.
«La mente que aspira al despertar o bodichita es la clave para cumplir sus propios objetivos y los de los demás. Al mismo tiempo, los pensamientos negativos como la ira y el orgullo disminuyen.
«Imaginen una asamblea de Budas y bodisatvas en el espacio que tiene ante ustedes... No hace mucho, en Bodhgaya, asistía a un acto en un gran templo cuando imaginé al Buda ante mí. Me pidió que me acercara, me habló amablemente y me acarició la cabeza. Parecía complacido conmigo, pero lo único que tenía para ofrecerle era un solo chocolate que le di... Ahora, por favor, reciten estas estrofas tres veces después de mí:
»Voy por refugio a las tres joyas.
Confieso todas mis faltas.
Me regocijo en la virtud de los seres.
Sostendré la iluminación de Buda en mi mente.
»Hacia el Buda, Dharma y Sangha,
voy por refugio hasta la iluminación.
Para lograr el bien propio y ajeno,
generaré bodichita.
»Tras generar la suprema bodichita,
tomo a todos los seres como mis invitados.
Que, entregándome a las mejores prácticas de los bodisatvas,
pueda iluminarme para beneficiar a los seres.
»Ahora podéis regocijaros».
»Hoy mi vida ha dado fruto,
he obtenido esta existencia humana para bien.
Hoy he nacido en el linaje de los Budas,
y ahora soy un hijo de los Budas.
»Desde ahora, por todos los medios
me comportaré conforme a este linaje,
sin dejar que ninguna falta mancille
esta noble e inmaculada estirpe.
»Debéis familiarizaros con los votos de bodisatva que figuran en el Yoga del Gurú de seis sesiones.
»El Modo de vida de los bodisatvas dice:
»Si pensar en aliviar tan solo
las migrañas de los seres
es una intención de beneficiar
que conlleva méritos ilimitados,… (1:21)
»…¿qué no será del deseo de eliminar
las innumerables desdichas de cada ser,
y del deseo de lograr para cada uno
también virtudes infinitas? (1:22)
»La mente que aspira al despertar o bodichita nos aporta paz mental y somete nuestras emociones destructivas. Crea un estado mental de reposo».
Su Santidad dio la transmisión del mantra de Buda Shakyamuni y deAvalokiteshvara, la deidad patrona del Tíbet, pidiendo a los reunidos que los recitaran después de él.
El representante Thinley Chökyi ofreció un mandala de agradecimiento. Se rezaron oraciones de dedicación. Se hizo un estado de cuentas anunciando cuánto dinero se había recaudado y cuánto quedaba. Un grupo de jóvenes intérpretes cantó versos auspiciosos a modo de conclusión.
La ceremonia concluyó con la recitación de una estrofa de la oración de Las palabras de verdad que Su Santidad compuso en 1960:
De esta manera, el protector Avalokiteshvara hizo grandes plegarias frente a Budas y bodisatvas para abrazar completamente la Tierra de las Nieves. Que se cumplan rápidamente los buenos resultados de estas plegarias.