Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana el Ven Profesor Samdhong Rinpoché atravesó el patio, escoltado por el Lama Ngawang Norbu, un Mönpa de Arunachal Pradesh, y el Presidente del Comité que organiza las enseñanzas de hoy y la Ceremonia de Larga Vida de mañana. Al llegar al Tsuglagkhang, el templo tibetano principal, tomó asiento. A su izquierda se sentaron funcionarios actuales y antiguos de la Administración Central Tibetana, mientras que a su derecha se encontraban los Mönpa de Arunachal Pradesh. Rinpoché explicó por qué estaba allí.
«Estaba planeado que Su Santidad el Dalái Lama enseñara hoy y asistiera a una Ceremonia de Larga Vida mañana. Sin embargo, hubo que cambiar el plan y me pidieron que enseñara en su nombre. Escucharme hoy no creará necesariamente una conexión Gurú-discípulo conmigo».
Se recitó el Sutra del corazón, se sirvió té y se hizo una ofrenda de mandala.
Rinpoché citó una estrofa de la Canción de la experiencia espiritual de Lama Tsongkhapa:
Esta vida ociosa vale más que una joya que conceda deseos.
Tan solo en esta ocasión he logrado una vida tan preciada,
mas es ardua de conseguir y tan fugaz como un relámpago.
Reflexionando en esto, veré que toda tarea mundana…
…es como el volátil salvado al aventar la cebada;
y que debo siempre extraer la esencia de esta existencia.
De este modo he practicado yo, un yogui; asimismo,
vosotros que buscáis la liberación debéis hacer lo propio.
«Esta preciosa vida humana es como una joya que cumple deseos. Es difícil de encontrar y se pierde fácilmente. Si no puedes aprovechar esta oportunidad, no habrá mayor motivo de arrepentimiento. No debemos pensar que volveremos a encontrar una vida así en el futuro. Por lo tanto, lo sensato es dejar a un lado las actividades mundanas y dedicarnos a la práctica espiritual.
«Los maestros kadampa solían decir: “Si no muero en los próximos meses, haré todo lo posible para crear las causas de una vida mejor en el futuro. Si no muero en los próximos dos años, haré todo lo posible para crear las causas de la felicidad duradera de la iluminación”. Para ello debemos confiar en un maestro adecuado y adentrarnos en la práctica de los Tres Entrenamientos.
»Vamos a realizar esta práctica de Yoga del Gurú, visualizando a Su Santidad el Dalái Lama y a Avalokiteshvara como inseparables. Leeré el texto lentamente sin hacer muchos comentarios. Cualquiera que sea el grado de práctica del ser de tres capacidades que practiquemos, ninguna puede realizarse sin la guía de un Gurú. En el Tíbet vemos al Gurú como la raíz del camino.
»La fuente del género literario de las Etapas del Camino (Lamrim) es la Lámpara para el Camino de Atisha. Sin embargo, no incluyó ninguna referencia a confiar en un gurú. Los Tratados de Tsongkhapa sobre las Etapas del Camino tienen esquemas diferentes. En ellos encontramos explicaciones sobre cómo confiar en un gurú. Ye Rinpoché (Lama Tsongkhapa) preguntó a Manyushri la mejor manera de hacer que la práctica fuera corta y rápida y éste le aconsejó que visualizará al Gurú como inseparable de la deidad. Entonces Ye Rinpoché practicó en consecuencia.
»Hay confianza en el Gurú de actos y de pensamiento. Cuando se practica el Yoga del Gurú se hace en conexión con la deidad meditativa con la que se tiene un vínculo especial. Este texto adopta un enfoque que concuerda con el Yoga del Gurú en el Tantra del Yoga Supremo».
Rinpoché señaló que los principales discípulos de la enseñanza de hoy eran personas de Arunachal Pradesh, en particular de Mön-yul. La deidad con la que estas personas tienen una conexión especial es Avalokiteshvara, aquel que generó la mente que aspira al despertar o bodichita ante miles de Budas.
Los libros de Kadam mencionan que Avalokiteshvara tiene vínculos especiales con la Tierra de las Nieves, una zona que comprende las regiones de los Himalayas, lugares donde la gente emplea un lenguaje basado en cuatro vocales y 30 consonantes. Upali preguntó cómo debía identificarse este lugar. En el Vinaya está escrito que el lugar donde en invierno si se vierte agua en un recipiente abierto y se congela se convierte en hielo se conoce como la Tierra de las Nieves.
Además, el País de las Nieves es un lugar donde los seres sensibles no fueron domados por los Budas anteriores. De hecho, le correspondió hacerlo al cuarto Buda de este eón afortunado, Shakyamuni. Y se profetizó que Avalokiteshvara, la encarnación de la compasión de todos los Budas, la esencia del camino, sería la deidad patrona del País de las Nieves.
«En esta práctica del Gurú-Yoga en la que vemos a la deidad meditativa y al Gurú como inseparables —continuó Ven Samdhong Rinpoché—, visualizamos el mantra de las seis sílabas, el mantra supremo, en el corazón de la deidad-Gurú. Podemos explicar las seis sílabas en términos de las Seis Perfecciones. Son los antídotos contra las emociones nocivas y las obstrucciones al conocimiento.
«El gurú que muestra el camino sin error es aquí inseparable de Avalokiteshvara, que es la encarnación de la compasión al igual que Manyushri es la encarnación de la sabiduría. Si podemos combinar la compasión con la comprensión de la vacuidad, alcanzaremos la budeidad.
»El texto aconseja: “Siéntense en la postura Vairochana, con la espalda recta y el resto de puntos. Visualicen a su gurú y a Avalokiteshvara como uno solo: el objeto del refugio. Para tomar refugio, debemos temer los reinos inferiores, el ciclo de la existencia y las obstrucciones al conocimiento y confiar en que las Tres Joyas pueden protegernos.
»En el Tíbet tomamos refugio y generamos la mente del despertar juntos diciendo: “Tomo refugio en las Tres Joyas hasta que me ilumine”. Todas las tradiciones budistas del Tíbet adoptan este enfoque. Pensamos: “Cualquier acopio de mérito y sabiduría que yo reúna, que sirva a los seres sensibles”. De este modo restauramos y reforzamos los votos de bodisatva que ya hemos tomado. A continuación, recitamos los Cuatro Deseos Inmensurables empezando por: “Que todos los seres sensibles tengan felicidad y las causas de la felicidad”. A continuación purificamos el lugar en el que vamos a invitar al campo de mérito. Bendecimos, aumentamos y presentamos ofrendas. Pensamos: “Por el poder de la verdad de las Tres Joyas, que estas ofrendas se conviertan en vacuidad. Que lleguen a ser grandes”.
»Visualizando el campo del mérito, vemos un trono sostenido por leones sobre el que descansa un asiento de loto con cojines de sol y luna. En él está sentado el arya Lokeshvara supremo, nuestro Guru supremo, poseedor de las tres bondades. Está sonriente y complacido. Su mano derecha está en su corazón en el gesto de impartir enseñanza, sus dedos pulgar e índice sostienen el tallo de un loto que sostiene una escritura y una espada. Los otros tres dedos indican los Tres Entrenamientos.
»En su mano izquierda, en el gesto del equilibrio meditativo, descansa una rueda de mil radios. Viste las tres túnicas de monje y un sombrero dorado de pandita.
»En su corazón descansa el exaltado ser de sabiduría Avalokiteshvara con un rostro y cuatro brazos. Su hombro izquierdo está cubierto con una piel de un antílope. En su corazón se encuentra el ser de concentración HRIH. Se convierte en la personificación de todos los objetos de refugio.
«Después de haber cultivado esta visualización, realizamos la Oración de las Siete Ramas, que incluye postraciones, ofrendas, confesión, etcétera. Cuando nos postramos ante el Gurú-Deidad, debemos imaginar nuestro cuerpo multiplicado innumerables veces. Luego, presentamos una serie de ofrendas, tanto las que son poseídas por nosotros como las que no. Confesamos cómo, abrumados por la oscuridad de la ignorancia, hemos roto nuestros votos y nos hemos involucrado en caídas naturales. Utilizamos los cuatro fuerzas contrarrestantes: tomar refugio, cultivar la mente de la bodichita, generar un arrepentimiento sincero y resolver no repetir tales actos en el futuro.
»Lo que sigue es el regocijo, la mejor manera de acumular mérito y sabiduría. Luego, pedimos al Gurú-Deidad que despierte a todos los seres sensibles del sueño de los obstáculos a la omnisciencia y las aflicciones mentales. Imploramos que permanezca firmemente en el trono vajra. Hacemos una dedicación, teniendo en cuenta que el objetivo es la budeidad, para cuyo logro necesitamos ser cuidado por un Lama bondadoso. Concluimos con una ofrenda de mandala.
»Las bendiciones del Gurú, en forma de néctares y rayos, fluyen desde su corazón y entran en la coronilla de nuestra cabeza. Recitamos el mantra del nombre del Gurú.
»Repasamos las Etapas del Camino comenzando por reconocer la dificultad de obtener esta vida de libertad y fortuna, y reflexionar en lo fácil que es perderla. Pensamos: “Por favor, bendíceme para que pueda practicar los Tres Entrenamientos —ética, concentración y sabiduría—”.
»Si nuestra práctica es la de un ser de gran capacidad, pensamos en los sufrimientos de los amables seres sensibles, nuestras madres de esta y otras vidas, y en el deseo de aliviar su sufrimiento. Cultivamos el yoga que une la calma mental con la visión superior (samatha y vipassana).
»Recitamos: “Habiendo entrado en la puerta del mantra profundo, bendíceme para proteger mis votos y compromisos. Habiendo cortado el viento kármico que todo lo crea con la aguda espada de la sabiduría, bendíceme para realizar el mahamudra de la gran dicha”.
»En la práctica de reabsorción, que implica la disolución del Gurú en nuestro corazón, él se acerca a nosotros, disminuyendo de tamaño, y se disuelve en nuestro cuerpo. Descansa en nuestro corazón sobre el loto de ocho pétalos, en cuyo centro está la gota indestructible. Esta ha existido desde tiempos sin principio y persiste hasta la budeidad.
»En el corazón de la deidad triple (con los tres seres) está HRIH, rodeado por el mantra de seis sílabas Om mani padme hung. Recitamos el mantra tanto como podamos y luego lo estabilízamos recitando el mantra de cien sílabas de Vajrasattva. Dedicamos el mérito así creado para la expansión del dharma y para la paz duradera en el mundo».
El Ven. Samdhong Rinpoché entonces dio una transmisión oral de una versión más corta del mismo Guru-Yoga.
«Somos muy afortunados —añadió— de haber tenido la oportunidad de mantener este discurso y de haber recibido enseñanzas de Su Santidad. Si podemos practicar el camino completo hacia la iluminación, eso sería excelente. Mientras tanto, necesitamos fortalecer la paz y la armonía en nuestras comunidades y trabajar para mantener nuestras tradiciones culturales. Dediquemos el mérito que hemos ganado a la buena salud y larga vida de Su Santidad el Dalái Lama».
Lama Ngawang Norbu ofreció una mandala de agradecimiento al Ven. Samdhong Rinpoché. La congregación recitó la oración de las Palabras de Verdad.
Lama Ngawang Norbu y el Presidente del Comité Organizador luego escoltaron al Ven. Samdhong Rinpoché a través del patio, de regreso a la puerta del Phodrang.