Shewatsel, Leh, Ladakh, India - El tiempo era más luminoso y los escolares demostraban su destreza en el debate frente al pabellón de enseñanza mientras Su Santidad el Dalái Lama salía de su residencia. Como es su costumbre, presentó sus respetos ante la imagen de Buda en el pabellón antes de salir a saludar a la multitud.
Una vez acomodado en su asiento en el trono, se dirigió a los aproximadamente 50.000 fieles.
«Durante los tres últimos días, las enseñanzas han ido bien y hoy ofrecéis oraciones por mi larga vida. Cuando la fe y el vínculo espiritual entre los discípulos y el Maestro son inquebrantables, se convierten en una condición auspiciosa que contribuye a que el Lama pueda vivir mucho tiempo.
»En mis sueños he visto señales que indican que puedo llegar a vivir unos 110 años. Si me miran ahora, ¿les parece que tengo ochenta años? ¿No les parezco más joven?
»Por lo que a mí respecta, tengo un vínculo espiritual con las gentes del País de las Nieves y sus habitantes tienen una fe inquebrantable en mí, al igual que las gentes de las regiones del Himalaya. Es más, personas de todo el mundo, sean budistas o no, han expresado su admiración por mi trabajo.
»Como seguidor de Buda, mi práctica principal consiste en cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad. Ustedes también deberían intentar practicar de este modo. Si lo hacen, estarán creando unas circunstancias propicias para que yo viva mucho tiempo».
Se sirvió té y arroz dulce.
La ceremonia de larga vida de hoy pertenecía a la tradición de los sutras y se basaba en las oraciones a los dieciséis arhats. Incluía alabanzas al Buda, la Oración a los Dieciséis Arhats, una oración de las siete ramas, una breve ofrenda de mandala y una petición al Maestro para que permanezca entre nosotros.
Durante una prolongada ofrenda de mandala dirigida por Taktsak Kundeling Rinpoché, los representantes de los organizadores pidieron expresamente a Su Santidad que viviera mucho tiempo. A continuación tuvo lugar la ofrenda de una estatua de Buda, un volumen de las escrituras y un chörten, un juego de túnicas, un cuenco de mendicante lleno de fruta y un bastón de monje. A continuación se ofrecieron representaciones de los siete símbolos de la realeza, los ocho símbolos auspiciosos y las ocho sustancias auspiciosas.
Durante el recitado de la Canción de la Inmortalidad: una extensa oración por la larga vida de Su Santidad el Dalái Lama compuesta por sus dos Tutores, Kyabjé Ling Rinpoché y Kyabjé Trijang Rinpoché, una larga procesión de lugareños, jóvenes y ancianos, desfiló por el escenario. Los participantes portaban diversas ofrendas, entre ellas una colección de escrituras, sacos de grano y tablas talladas. Al mismo tiempo se tocaban cuernos y tambores y cantaban.
La procesión llegó a un auspicioso final con las banderas india, tibetana y budista en alto. Por último, cerrando la procesión, llegó un anciano de pelo blanco vestido con una toga blanca que ofreció un pañuelo de seda a Su Santidad.
Representantes de los organizadores —la Asociación Budista de Ladakh (LBA) y la Asociación Gonpa de Ladakh (LGA)— y otros ofrecieron un mandala y las tres representaciones del cuerpo, la palabra y la mente de la iluminación a Su Santidad en agradecimiento por su asistencia a la ceremonia de hoy.
Las oraciones de dedicación incluyeron Una oración por el florecimiento de las enseñanzas no sectarias de Buda y La oración de las palabras de la verdad, ambas compuestas por Su Santidad.
Invitado a dirigirse de nuevo a la audiencia, Su Santidad les dijo al principio que no tenía nada especial que decir:
«Cuanto más fuertes demuestren ser su fe y su devoción, más crearán las circunstancias para que el Maestro viva mucho tiempo. He tenido la oportunidad de dar enseñanzas y de reunirme con el público. Y, como ya he dicho, hay indicios de que puedo llegar a vivir 110 años. Ustedes han sido testigos de mis esfuerzos por servir a las enseñanzas y a todos los seres sensibles; seguiré haciéndolo.
»Aunque haya algunos que parezcan practicantes, pero carezcan de las verdaderas cualidades interiores, lo más importante es tener un buen corazón, sin pensar en hacer daño a los demás. Debemos evitar hacer daño. Debemos abandonar las acciones que no se debe hacer y adoptar las acciones correctas. Si podemos hacerlo, los Budas se sentirán complacidos.
»Como ya les he dicho, yo medito en la bodichita y la vacuidad todos los días. Ustedes también pueden hacerlo. Primero hagan una meditación de exploración de los puntos principales y, después de reflexionar sobre ellos, intégrenlos en su interior. Si pueden hacerlo, surgirá la experiencia. Obtendrán una experiencia genuina de la bodichita y la vacuidad que les permitirá ascender por los cinco caminos. Del camino de la acumulación al camino de la preparación y de ahí al camino de la visión, harán progresos que culminarán en la consecución de la iluminación.
»Todos rezamos esta oración:
»Hacia el Buda, el Dharma y la Asamblea Suprema
voy por refugio hasta la iluminación.
Que por el mérito de mi práctica de la generosidad y demás,
alcance la budeidad para beneficiar a los seres.
»Los dos primeros versos abordan el refugio causal, mientras que los dos segundos se refieren al refugio resultante, al que obtendremos cuando logremos el Buda, el Dharma y la Asamblea Suprema en nuestro interior. Tengan presentes estos versos.
»Durante estos dos o tres últimos días de enseñanza todo ha ido bien al principio, en el medio y al final. Me gustaría dar las gracias a todas las personas que han participado en la organización, a los funcionarios de la administración local y a los miembros de la LBA y la LGA, así como a la policía y al personal de seguridad, a los voluntarios y a los demás colaboradores. También me gustaría dar las gracias a los miembros del público por la gran fe y la actitud positiva que han demostrado. Ustedes me inspiran a venir a Ladakh cada año para evitar el monzón en las llanuras. Así que volveremos a vernos. Gracias».
Los aplausos recorrieron la multitud.