Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana cinco organizaciones, la Sociedad de Preservación Cultural Tendhong (Mön), la Asociación Internacional de Bienestar Jonang, la Asociación Domey-Mang-Bha-Ja-Sum, la Escuela Secundaria Superior Namgyal, Nepal, y la Asociación Tibetana de Sydney se reunieron para ofrecer una oración por la larga vida de Su Santidad el Dalái Lama en el Tsuglagkhang, el principal templo tibetano de Dharamsala. Su Santidad se reunió con sus representantes en la puerta de su residencia y lo escoltaron mientras caminaba por el patio del templo, sonriendo y saludando a le gente por el camino. Se le ofreció el tradicional Chema Changpu del que tomó un pellizco. Más adelante un grupo de bailarines actuó para su deleite.
En el templo, frente a Su Santidad mientras se sentaba en el trono ante la estatua de Buda Shakyamuni había una fila de lamas que dirigían las oraciones: Gyabong Rinpoché, abad del monasterio de Tawang, el Dorjé Löbpön del Monasterio de Namgyal, Jonang Gyaltsab Rinpoché, Ganden Tri Rinpoché, Ling Rinpoché, Guru Tulku Rinpoché y Khenpo Nyima Tashi, abad del Monasterio Kagyu de Jang, Tawang, Arunachal Pradesh.
Ganden Tri Rinpoché se adelantó para dar la bienvenida a Su Santidad mientras los procedimientos comenzaban con la recitación de un homenaje a las diversas encarnaciones de Avalokiteshvara que han aparecido en la India y el Tíbet.
Dirigiéndose a la congregación, Su Santidad les dijo: «Tengo una cierta experiencia de la mente que aspira al despertar o bodichita. Cada día renuevo el deseo expresado en esta estrofa:
Que, mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
»Pertenezco al linaje de los Dalái Lamas y tengo un fuerte vínculo con las personas de la región del Himalaya. Hace poco estuve en Ladakh y espero volver a visitar Mön Tawang pronto.
»Sólo en esta vida he podido servir al Dharma y a los seres sensibles y tengo la determinación de vivir mucho tiempo para poder seguir haciéndolo. Siento que puedo vivir otros 10 o 20 años más o menos. No me preocupa el dinero ni la fama, sólo poder beneficiar a los demás. Y por esa razón, rezo para vivir mucho tiempo. La oración que se realiza hoy invoca a Arya Tara y yo recito su mantra para la longevidad todos los días.
»Durante mi reciente visita a Ladakh y Zanskar me conmovió la fe y la confianza de las personas de allí. Los tibetanos del Tíbet también son inquebrantables en su devoción, pero viven en condiciones de opresión. Mientras tanto, un número cada vez mayor de personas en China se interesan por el budismo e incluso los funcionarios chinos empiezan a reconocer que no soy el reaccionario que hacen ver. De hecho, en el Tíbet no se trata sólo de seres humanos, sino que hay espíritus y deidades que tienen fe en mí porque me esfuerzo por cultivar la mente del despertar o bodichita en beneficio de los demás».
En un momento dado, el maestro de canto hizo una ofrenda de mandala y una procesión de las personas que llevaban regalos comenzó a recorrer el templo. Ganden Tri Rinpoché se acercó al trono para recitar los versos de elogio y pedir a Su Santidad que viviera mucho tiempo.
«Usted es el líder del pueblo tibetano —declaró—. Nosotros, miembros de cinco organizaciones, incluidas las personas de Arunachal Pradesh, la tradición Jonang, etc., presentamos nuestros respetos a sus pies.
»Se profetizó que Avalokiteshvara aparecería en el Tíbet, y así fue. A Nyetri Tsanpo lo siguieron otros, la línea de los Dalái Lamas entre ellos, muy especialmente el XIII Dalái Lama, cuya reencarnación, nacida en Amdo cerca de Kumbum, es usted. Usted estudió rigurosamente a la manera tradicional.
»Con un coraje impertérrito ha servido a los demás sin cansarse. Con entereza y medios hábiles, ha cumplido con las responsabilidades espirituales y temporales en la dirección del pueblo tibetano. Ha introducido la democracia para que podamos elegir a nuestros representantes.
»La concesión del Premio Nobel de la Paz y de la Medalla de Oro del Congreso reconoció su contribución a la humanidad.
»369 años después del Gran Quinto Dalái Lama, usted devolvió sus responsabilidades políticas a los líderes elegidos por los tibetanos.
»También ha tomado medidas para proteger el medio ambiente.
»Estos son sólo algunos de sus logros; hay muchos más.
»Rezamos para que, al igual que Thangtong Gyalpo, pueda vivir hasta los 125 años. Rezamos para que usted nos cuide y prometemos que acataremos sus instrucciones. Por lo tanto, le hacemos estas ofrendas».
A continuación, Tri Rinpoché ofreció una estatua de Tara Blanca, una copia del Sutra de la perfección de la sabiduría en 8000 versos y un chörten a Su Santidad. Le entregó un jarrón que contenía el néctar de la larga vida. Su Santidad tomó una gota y luego se la ofreció a Tri Rinpoché a su vez. Asimismo, cuando se presentaron a Su Santidad las píldoras de larga vida y el elixir de la inmortalidad, también se las ofreció a Tri Rinpoché.
Jonang Gyaltsab Rinpoché estaba en medio de la ofrenda de los emblemas de las ocho sustancias auspiciosas cuando el Oráculo de Nechung apareció en trance espontáneo y se acercó a presentar sus respetos a Su Santidad.
Los representantes de los patrocinadores de la ceremonia de hoy pasaron por delante del trono y recibieron de Su Santidad un pañuelo de seda y un cordón de protección. Guru Tulku Rinpoché ofreció una estatua de plata de Thangtong Gyalpo.
«Como he dicho antes —señaló Su Santidad—, tengo fuertes vínculos con las personas de Arunachal Pradesh y de la región del Himalaya. Gracias al karma y a las oraciones del pasado, he podido servirlos a ellos y tambiém al Dharma y a otros seres sensibles. Por tener esta oportunidad, aspiro firmemente a vivir otras dos décadas. Me gustaría darles las gracias a todos ustedes, miembros de estas cinco organizaciones diferentes, por realizar hoy este ritual por mi larga vida.
»Tengo entendido que la pandemia de Covid hace estragos en Arunachal Pradesh y también en el Tíbet. Haré oraciones para que remita. También en China la situación es grave. Recemos a Arya Tara para que ayude a los tibetanos y a los chinos en estos momentos, para aliviar su sufrimiento y aliviar el miedo en sus mentes. También debemos recordar a las personas de Xinjiang con amor y compasión.
»Además, ruego que podamos seguir preservando y promoviendo las enseñanzas de Buda a través del estudio, la reflexión y la meditación».
Finalmente, se pidió a Su Santidad que diera la transmisión oral del mantra de seis sílabas, Om mani padme hung, lo que hizo. Reveló que recita este mantra, junto con la Alabanza al Buda por la enseñanza del surgimiento dependiente, cada mañana y reza a Avalokiteshvara para que haya paz en el mundo. Condujo a la multitud a recitar un rosario completo de Om mani padme hung.
Mientras salía del templo y se dirigía al patio donde le esperaba su coche, Su Santidad miraba a derecha e izquierda, arriba y abajo, y allí donde veía personas sonreía y saludaba, y todos le devolvían la sonrisa y el saludo.