Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama había sido invitado a dirigirse a los miembros de Mind Mingle, una iniciativa para promover el aprendizaje basado en la experiencia y la educación con un propósito determinado, con el fin de lograr el desarrollo integral de los niños y niñas. Naveen Sharma, cofundador y director, dio la bienvenida a Su Santidad y le dijo que la oportunidad de hablar con él era un sueño hecho realidad. Mencionó que Mind Mingle también está en contacto con Aprendizaje Social, Emocional y Ético (SEE Learning), India, el programa de educación K-12 desarrollado en la Universidad de Emory con el apoyo y el estímulo de Su Santidad. Pidió a Su Santidad que los guiara con respecto a la necesidad de una ética secular en la educación moderna.
«Gracias —respondió Su Santidad—, mi principal preocupación es ver un mundo feliz. El mero conocimiento no es garantía de felicidad. Hay gente brillante y muy culta en el mundo, que es amargamente infeliz. La educación moderna está orientada hacia objetivos materiales, pero para ser felices necesitamos "ahimsa" y "karuna", la no violencia y la compasión, que han sido aspectos de la tradición india durante miles de años. La compasión nos trae paz interior, fuerza interior y menos ansiedad. La no violencia significa que en nuestro comportamiento físico y verbal no dañamos a los demás. Y para ser verdaderamente no violentos necesitamos ser compasivos.
»Durante miles de años, los indios han explorado y entrenado la mente a través de la calma mental y la meditación analítica. Por el contrario, la educación moderna, que se originó en Occidente, no incluye una explicación sobre cómo abordar nuestras emociones. En consecuencia, algunas personas altamente educadas han estado involucradas en el diseño y la fabricación de armas cada vez más sofisticadas, incluyendo las armas nucleares. Estos inventos han requerido inteligencia e ingenio técnico, pero su producción está completamente desprovista de escrúpulos morales. Los principios de compasión y de la no violencia se han desterrado.
»En tales casos, en lugar de traer la paz interior, la brillante mente humana ha invocado las emociones destructivas de la ira, el miedo y la ansiedad. Hoy en día, al igual que todo el mundo observa la higiene física, hay una necesidad correspondiente de higiene emocional, y podemos encontrar directrices al respecto en la antigua tradición india. Por eso creo que la India está especialmente bien situada para combinar la educación moderna y materialista con la no violencia y la compasión.
»En el siglo pasado, Mahatma Gandhi siguió sinceramente el camino de la no violencia y a su debido tiempo muchas personas en todo el mundo siguieron su ejemplo. En África, estaba Nelson Mandela y en América, Martin Luther King. De hecho, la esposa de Martin Luther King me dijo que su marido estaba tan impresionado por Mahatma Gandhi que incluso quería vestirse como él.
»Ahora, en el siglo XXI, debemos tratar de promover el antiguo conocimiento indio de la no violencia y la compasión y combinarlo con la educación moderna».
Su Santidad mencionó que tiene cuatro compromisos. Como ser humano, uno de los siete mil millones de personas que viven hoy en día, reconoce que, tanto si tenemos una fe religiosa como si no, todos necesitamos paz mental. Y esa es la base sobre la que la humanidad puede llegar a ser más feliz, más pacífica y menos temerosa, lo que a su vez sirve de base para una auténtica paz mundial.
«A menos que aprendamos a enfrentarnos a nuestras emociones destructivas —añadió—, seguiremos el patrón del siglo pasado, marcado por la lucha y la muerte. Fue una época en la que el conocimiento científico contribuyó a una inmensa violencia. Pero ahora, en un momento en el que cada vez más personas se interesan por la paz, me comprometo a compartir con los demás la importancia de tener más compasión.
»Los científicos observan que las criaturas sociales, como nosotros, dependen de una comunidad y tienen una preocupación natural por ella. Así, vemos que la naturaleza humana básica es la de ser compasivos. Desde la primera infancia dependemos de la bondad de nuestra madre. Pero a partir del momento en que los niños y niñas van a la escuela, se presta poca atención a la calidez de corazón y a los valores internos. Aunque los niños y niñas juegan juntos sin preocuparse por la clase, la raza o la fe de sus compañeros, una vez que van a la escuela esas diferencias secundarias se convierten en un motivo para ver a los demás en términos de "nosotros" y "ellos".
»Sin embargo, sin importar las diferencias superficiales que puedan existir entre nosotros, ya sea que seamos de diferente color o de diferente fe, del Este o del Oeste, del Norte o del Sur, todos tenemos que vivir juntos. Otro aspecto importante es el de las amenazas a las que nos enfrentamos todos. Debido al calentamiento global, la temperatura está aumentando. Algunos científicos dicen que si las cosas siguen así, hará tanto calor que nuestras fuentes de agua se secarán. Ya no podemos centrarnos sólo en "mi grupo", "mi gente" o "mi nación". Tenemos que darnos cuenta de que cada uno de nosotros es un ser humano más y que tenemos que vivir y trabajar todos unidos.
»Como budista reconozco que todas las tradiciones religiosas, a pesar de las diferentes épocas y lugares en los que han surgido, transmiten un mensaje común sobre la importancia de la bondad amorosa: la tolerancia, el perdón, la autodisciplina y el contento. Las diferentes tradiciones tienen diferentes enfoques para cultivar el amor, algunas en relación con un Dios creador, otras no. Incluso dentro de las tradiciones budistas tenemos diferentes escuelas de pensamiento.
»Sin embargo, en la India podemos ver que todas las religiones del mundo viven juntas. Ocasionalmente surgen problemas entre ellas, pero la mayoría de las veces son atribuibles a las acciones de los políticos. Aquí en la India puedo ver que es posible que las tradiciones religiosas convivan, y me comprometo a fomentar esa armonía interreligiosa».
Su Santidad aclaró que su tercer compromiso se relaciona con el hecho de ser un tibetano y alguien en quien el pueblo tibetano confía. Desde que se retiró de su papel político en 2011, tras la elección del liderazgo político, ha considerado que su responsabilidad incluye la preservación de la cultura tibetana. Dijo que quería compartir con sus hermanos y hermanas indios que, aunque las tradiciones de la Universidad de Nalanda están en ruinas en la India, sus enseñanzas se mantuvieron vivas en el Tíbet.
Históricamente los tibetanos han considerado a los indios como sus gurús y a ellos mismos como 'chelas' o discípulos. Hoy en día, en la tierra de sus gurús, el antiguo conocimiento indio ha caído en el olvido. Su Santidad está comprometido a preservar este conocimiento mantenido vivo por tanto tiempo en el Tíbet. Observó que en el siglo VII, el Rey Songtsen Gampo eligió modelar la escritura tibetana utilizando como modelo el alfabeto indio Devanagari en lugar de los caracteres chinos.
Del mismo modo, en el siglo VIII, el rey Trisong Detsen prefirió mirar a la India como la fuente del aprendizaje budista. Como resultado, invitó al Tíbet a Shantarakshita, quien le aconsejó que tradujera la literatura budista del pali y el sánscrito al tibetano. La consiguiente colección de discursos y tratados llena 300 volúmenes e incluye las obras de Nagaryuna, Chandrakirti, Dharmakirti, entre otros. Su Santidad afirmó que aunque ahora tiene 85 años, continúa leyendo estos libros cuando tiene tiempo.
Señaló que la Tradición de Nalanda se caracteriza por su confianza en la razón y la lógica, y por ser la tradición budista más completa. Hoy en día, cuando los científicos están intrigados por la teoría del surgimiento dependiente, las tradiciones budistas tibetanas, que se derivan de la Tradición de Nalanda son dignas de ser preservadas. Asimismo, el idioma tibetano, que sigue siendo el medio más preciso para explicar el pensamiento budista, también merece ser preservado.
«Le pedí a Nehru que nos ayudara a establecer escuelas tibetanas —recordó Su Santidad—, y conversamos sobre si debían enseñar hindi o inglés además de tibetano. Recomendó el inglés porque es un idioma internacional. Nehru fue muy amable con nosotros. Eligió Dharamsala como el lugar para mi residencia. También escribió a los ministros principales de los distintos estados de la India preguntando si alguno tenía tierras en las que pudieran asentarse los tibetanos. La respuesta más generosa vino del Ministro Principal Nijalingappa del Estado de Mysore que ahora es Karnataka. Nuestros grandes centros monásticos de aprendizaje han sido reestablecidos allí, donde unos 10.000 monjes y monjas, así como algunos indios y algunos extranjeros, estudian rigurosamente.
»Luego está la cuestión de la ecología tibetana. El Tíbet es una importante fuente de agua para gran parte de Asia. Considero que una de mis responsabilidades es dejar claro que la meseta tibetana debe permanecer verde, no deforestada ni explotada de forma arbitraria por sus recursos minerales.
»Somos refugiados, pero hemos encontrado un buen hogar. Perdimos nuestro país, pero hemos llegado a la tierra de nuestros gurús.
»Mi cuarto compromiso se refiere al renacimiento del antiguo conocimiento indio en la tierra donde nació. Como ya he dicho, creo que la India está en la mejor posición para combinar este antiguo conocimiento del funcionamiento de la mente y las emociones con la educación moderna.
»Tengo 85 años, pero si observan mi rostro, verán que estoy en forma y fuerte, y estaré aquí por otros 15 años más. Gracias».
En sus respuestas, Su Santidad dejó claro que cuando habla de las perspectivas de revivir el conocimiento antiguo de la India, lo hace en un contexto totalmente secular. Tal revitalización no se logrará a través de la oración sino a través de la educación. El propósito no es religioso, sino permitir a los seres humanos individuales encontrar la felicidad. Lo importante es adoptar un enfoque secular para poner en práctica la compasión y la no violencia. El objetivo es una sociedad no violenta y compasiva.
Le dijo a un encuestador de Indonesia que aunque el suyo es un país mayoritariamente musulmán, como en muchas otras partes de Asia, se pueden encontrar allí musulmanes, budistas, hindúes, cristianos y practicantes de otras religiones. Adoptar un enfoque secular significa evitar hacerse daño unos a otros partiendo de prejuicios sectarios, y hacer activamente el bien a los demás. Lo importante es mantener la mente abierta. Señaló que cuando piensa en Indonesia, recuerda haber visitado la colosal estupa de Borobodur.
Su Santidad observó que en una democracia la fe es una cuestión de elección personal. «La decisión de seguir un camino teísta como el cristianismo o el islam es una decisión personal que cada cual puede tomar según sus inclinaciones». Si nos encontramos más cómodos en un contexto budista no teísta o jainista, eso también depende de cada persona. Cualquier camino religioso que sigamos, debe ayudarnos a transformar nuestras emociones y a cultivar un corazón cálido.
En relación con la pandemia de Covid-19, Su Santidad expresó su agradecimiento a todo el personal médico que atiende a los enfermos, a menudo en riesgo para su propia salud. Al tiempo que alentaba a los que están llevando a cabo diferentes tipos de investigación sobre los remedios para el virus, sugirió que el Ayurveda, el Yunani, el yoga, así como las medicinas tradicionales tibetana y china, también pueden tener bastante que aportar.
Naveen Sharma agradeció a Su Santidad por conversar con el grupo y expresó la esperanza de que los educadores se hayan beneficiado de la interacción.
El consejo final de Su Santidad fue que siempre hay espacio para aprender más. Los maestros de la Tradición de Nalanda nunca dejaron de investigar, analizar y ampliar sus conocimientos. Afirmó que aunque es bueno contentarse con las cosas materiales que se tienen, no tiene por qué haber tal límite en lo que respecta a la profundización de nuestro conocimiento.