Su Santidad el Dalái Lama en conversación con Daniel Goleman. Tricycle: The Buddhist Review | Otoño 2021
Hace treinta años, el tema de la portada del primer número de Tricycle era Tenzin Gyatso, el XIV Dalái Lama, fotografiado por Herb Ritts (1952-2002). Su Santidad había ganado el Premio Nobel en 1989 y estaba recorriendo el mundo en 1991 para lanzar el Año del Tíbet, destinado a conseguir apoyo internacional para los esfuerzos no violentos contra la ocupación china. Pero cuando fue entrevistado para Tricycle por el escritor e intérprete Spalding Gray, su conversación no fue política sino sorprendentemente íntima, en ella abordaron la práctica de la meditación, los sueños, el miedo y la vida cotidiana.
En la actualidad, el Dalái Lama es uno de los líderes espirituales más famosos y venerados del planeta. Y su conversación con el autor de best-sellers y practicante de budismo desde hace mucho tiempo, Daniel Goleman, refleja una serie de intereses muy diferentes, en particular cómo el budismo puede contribuir a la neurociencia, la psicología y la educación occidentales.
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Usted habla a menudo de cómo el antiguo pensamiento indio podría aportar algo a la educación moderna. ¿Qué ve usted que falta? La educación moderna está muy orientada a los fenómenos externos, a las cosas materiales. Así que en Occidente no hay mucha costumbre de entrenar nuestra mente. Pero en la tradición india, el propio Buda dijo: «Mis seguidores no deben aceptar mis enseñanzas por fe, sino mediante la investigación».
Toda la ignorancia se basa en las apariencias. Para reducir la ignorancia, debemos investigar la realidad más profunda, la «vacuidad» [tib. tongpa nyi; skt., shunyata]. Las enseñanzas del Buda tratan de la realidad. Así que no se trata sólo de la fe: debemos utilizar nuestra inteligencia. La fe y la inteligencia deben combinarse. En un país árabe musulmán y en un país europeo cristiano se aprecia principalmente la fe en Dios, mientras que en la India cada persona es su propia maestra. En última instancia, todo depende de nosotros mismos. Buda no puede salvarnos, no puede protegernos, a menos que entrenemos nuestra propia mente. El Buda dejó claro el camino para hacerlo.
La India lleva casi tres mil años de no violencia, ahimsa, basada en karuna, la compasión. La India también desarrolló el shamatha (mente centrada en un solo punto) y el vipashyana (la investigación analítica). Entonces llegó el Buda. Enseñó el dharma según las diferentes mentalidades de las personas, de modo que el buda-dharma se convirtió en una institución muy rica en conocimientos. El énfasis estaba en el razonamiento en lugar de en la fe.
Explicar la mente recurriendo al cerebro no es suficiente. La mente está en un nivel diferente. La tradición india, en particular la tradición del conocimiento, ofrece muchas explicaciones sobre la mente y las emociones destructivas. Así que ahora varios científicos están prestando atención a la filosofía budista y a la psicología budista. Espero que tomemos la ciencia moderna y la antigua psicología india y combinemos ambas. Creo que podemos servir a la humanidad de forma más eficaz y más útil de esa manera. Y podemos hacerlo sin religión. Esto es sólo un conocimiento sobre la psicología, sobre las emociones. Es simplemente un modo de lograr paz mental y una vida feliz y, en última instancia, de crear un mundo pacífico, un mundo feliz. La tradición de la India es secular. Podemos enseñar la vía secular en las escuelas.
Lo que también es básico es la mente altruista, el concepto de unidad. Los ocho mil millones de seres humanos que viven en este planeta tienen las mismas emociones, la misma mente. Todos tenemos la semilla de la compasión. Física, mental y emocionalmente, tenemos el mismo potencial.
Sobre la compasión: Le he oído elogiar a los cristianos por sus buenas obras, como la construcción de clínicas y escuelas. También le he oído decir que los budistas podrían hacer más para poner en práctica la compasión. ¿Qué se le ocurre? La literatura budista contiene muchas explicaciones sobre las emociones y la mente, y sobre cómo abordar la ira y el miedo. Esa parte es bastante rica en la antigua tradición india. Desde el punto de vista cristiano, todos somos creados por un Dios y Dios es amor infinito. Todos somos hijos de ese tipo de padre. Si usted piensa seriamente de esa manera, entonces todos deberíamos vivir de forma armoniosa y compasiva, según el deseo de Dios.
¿Y los budistas? El budismo es una religión no teísta. Todo depende en última instancia de la propia acción. Si ayudamos a los demás, si servimos a los demás, nos beneficiamos. Así que el altruismo es una fuente de felicidad. Y una fuente de infelicidad son todos los desastres provocados por la ira. La ira nace del miedo; el miedo proviene de una actitud egocéntrica.
«Cuando nos enfrentamos a algún problema grave, entonces nuestro tipo de pensamiento habitual ('yo', 'yo') disminuye. A veces alguna dificultad es una forma de desarrollar el altruismo».
Con la pandemia, las personas se han vuelto más amables y se han ayudado más entre sí con un espíritu de interconexión. ¿Cómo puede ser esta época una oportunidad para que nos convirtamos en mejores personas y creemos un mundo mejor? Creo que podemos aprender de los y las enfermeros y médicos. Realmente están sirviendo, ayudando a estas personas indefensas, sin importar su propia seguridad. Realmente practican el altruismo sirviendo a otras personas.
¿Cree que su ejemplo, o nuestras propias experiencias, harán que las personas sean más amables cuando la pandemia haya terminado? Hasta cierto punto, sí. Cuando nos enfrentamos a algún problema grave, entonces nuestro tipo de pensamiento habitual («yo», «yo») disminuye. Por ejemplo, si hay una inundación o un terremoto, a las personas no les importa la religión de los demás, la raza de los demás. Se unen y trabajan juntas. A veces un desastre, una dificultad, es una forma de desarrollar el altruismo.
Ese sentimiento de unidad, de ayudar a las personas, ¿cree que perdura? En la educación, deberíamos hacer hincapié en la importancia de la idea de la unidad de todos los seres humanos. Somos hermanos y hermanas, y debemos ayudarnos mutuamente. Si sentimos eso no sólo a nivel físico sino también a nivel mental, seremos mucho más felices. Cuando pensamos en «yo», sólo «yo», entonces nos sentimos solos. Así que el altruismo es la mejor manera de satisfacer nuestro propio interés.
Ahora hay otra crisis: el cambio climático global. Le he oído decir que en algún momento los ríos del Tíbet se secarán, como está ocurriendo hoy con los ríos de Afganistán. Y eso, por supuesto, sería una catástrofe para las personas de toda Asia que dependen del agua del Tíbet. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que eso ocurra? Un experto chino me dijo que en las próximas décadas existe un peligro real de que se agote toda el agua del planeta. Así que en las próximas décadas, es nuestra responsabilidad tener especial cuidado con la ecología. Creo que la mente humana no piensa a largo plazo. Nos limitamos a imitar los últimos siglos en nuestra forma de vida y hábitos. El calentamiento global es una realidad. En consecuencia, debemos prestar más atención. El Tíbet es la fuente de agua para todos los ríos principales de la India, China y Vietnam. Así que debemos prestar mayor atención a la ecología del Tíbet. Debemos pensar en las próximas dos o tres generaciones como mínimo.
Si considera que las próximas dos o tres generaciones pueden frenar el calentamiento global o invertirlo, ¿significa eso que la predicción de que los ríos se secarán quedaría muy lejos en el futuro? El calentamiento global, nadie puede detenerlo. Pero podemos posponerlo.
Usted ha sido muy activo en el encuentro entre el budismo y la cultura contemporánea, en particular la ciencia. ¿Cuáles son algunos de los principales aspectos que cada parte ha aprendido de la otra? Los budistas utilizan la razón y la mente analítica en la meditación. La ciencia busca la realidad. Ambos analizan la realidad, pero tenemos diferencias. Los científicos utilizan muchos aparatos diferentes. La tradición budista, la del conocimiento, sólo utiliza el cerebro.
Ahora muchos científicos prestan más atención a un nivel sutil de explicación sobre la realidad y, en particular, sobre la mente. Así que la ciencia moderna, que se ocupaba principalmente de los fenómenos materiales, ahora observa más nuestro cerebro. Entonces eso hace que automáticamente se preste atención a la mente y a las emociones.
Mirándolo desde el lado de la ciencia —soy psicólogo de formación— parece que el budismo tiene una comprensión más sutil de la mente. De hecho, habla de niveles de sutilidad de la mente de los que la psicología occidental no sabe nada. ¿Le parece que falta algo en la psicología occidental? Hasta cierto punto, sí. La ciencia de Occidente está orientada principalmente a los fenómenos externos. La antigua tradición india, incluido el budismo, tiene más explicaciones sobre la mente; por ejemplo, por qué en el estado de vigilia utilizamos un nivel de mente y emociones, y luego el estado de sueño es un nivel más profundo de mente y emociones. Se puede entrenar durante el sueño para alcanzar un nivel más sutil de mente y emociones. Entonces, en el nivel más sutil, ya no hay emociones sino mente pura. Las experiencias más profundas de la mente sutil afectan al nivel más burdo de la mente.
Está ayudando a Richard Davidson (profesor de psicología de la Universidad de Wisconsin-Madison y fundador del Centro para Mentes Saludables) a investigar sobre el thukdam, un raro estado de meditación profunda que se produce después de la muerte física. Esta práctica parece depender de un nivel mental más sutil. ¿Podría explicar por qué es importante este proyecto? Aquí, en Dharamsala, ha habido varios casos de este estado mental post mortem. Por ejemplo, mi propio maestro, Ling Rinpoche, permaneció en thukdam durante 13 días. Y un erudito, un practicante del sur de la India, permaneció en thukdam durante casi tres semanas. Así que ahora algunos científicos —uno es un profesor ruso de la universidad pública de Moscú— están investigándolo seriamente. Richie Davidson se dio cuenta de que cuando se conecta un monitor cerebral a una persona en thukdam hay una cierta actividad inusual. Esto muestra claramente un nivel diferente de la mente: cuando el cerebro ya no funciona, pero la mente sutil todavía permanece ahí.
Hace algunos años, usted solicitó una reunión del Instituto Mente y Vida sobre las emociones destructivas. Dados los diferentes niveles de conciencia que describe, ¿hay diferencias en cuanto a cuándo una emoción se convierte en destructiva? Las emociones destructivas están relacionadas principalmente con el nivel más burdo de la mente. La mente más sutil también utiliza el nivel sutil de algunas emociones. Pero el nivel más burdo de la emoción ya no existe.
La ira o el miedo, los celos: estas emociones destructivas se basan en un exceso de egocentrismo. El altruismo supone pensar en el bienestar de todos los seres sensibles y, a veces, al pensar en ellos se producen lágrimas. Así que algunas emociones son muy positivas y no perturban nuestro estado mental. En cuanto me despierto, pienso en el altruismo. Una oración de Shantideva dice: «Que, mientras el espacio perdure, y los seres sensibles permanezcan, pueda yo también permanecer para disipar las miserias del mundo». Esto nos da fuerza interior, determinación. Con más fuerza interior, las emociones destructivas no tienen mucho efecto. En el nivel más sutil, ya no hay peligro de que surjan emociones destructivas.
Una de las razones para meditar es que un estado mental más profundo reduce el poder de aquellas emociones que están relacionadas con un estado mental más burdo. En un nivel sutil, el cuerpo es como un cuerpo onírico separado de nuestro cuerpo ordinario mientras meditamos. Eso demuestra el efecto de la meditación. Las personas que tienen la mente perturbada y piensan demasiado deberían meditar. Eso es bueno para el descanso mental.
La meditación unipuntual, sin pensamiento conceptual, es útil para fortalecer la estabilidad de la mente. Luego, durante la meditación vipashyana, la meditación analítica, la mente no seguirá, no será atraída por, los sonidos y las imágenes, sino que permanecerá quieta. Hay muchas meditaciones analíticas diferentes. Como practicante budista, siempre utilizo la meditación analítica sobre shunyata (la vacuidad). Es muy útil.
Publicado originalmente en Tricycle: The Buddhist Review, otoño de 2021