10 de julio de 2002
Me alegra saber que la 7ª Conferencia Internacional Sakyadhita sobre Mujeres Budistas se está celebrando en Taiwán y que será abordada por una amplia gama de oradores de todo el mundo budista. Creo firmemente que los budistas tenemos una importante contribución que hacer al bienestar de la humanidad de acuerdo con nuestra tradición y filosofía budista.
Me alienta saber que se están tomando medidas prácticas para capacitar a las maestras, mejorar las perspectivas educativas de las mujeres y crear una red de comunicación entre las mujeres budistas, independientemente de la tradición a la que pertenezcan. Dentro de la comunidad tibetana, a diferencia de lo que sucedía en el pasado en el Tíbet, hemos introducido programas para el estudio serio de la filosofía budista en algunos de nuestros conventos aquí en la India desde hace más de dos décadas.
En este contexto, sé que muchas de las personas que asisten a su conferencia tienen un gran interés en la propagación de la ordenación Bhikkshuni. Ya se ha investigado mucho sobre este tema, lo que a su vez ha planteado muchas cuestiones que aún no han sido resueltas por una asamblea de expertos de Vinaya. Los temas de Vinaya son y siempre han sido complejos. Si echamos la vista atrás a las primeras asambleas budistas históricas, incluso entonces las cuestiones de Vinaya fueron centrales en las discusiones.
He sentido que el restablecimiento de la ordenación Bhikkshuni es muy importante. Después de todo, el Buda confirmó que tanto las mujeres como los hombres tienen igualdad de oportunidades y potencial para practicar el Dharma y alcanzar sus objetivos. Tenemos la obligación de mantener este punto de vista.
Ahora, en cuanto a cómo se debe restablecer la ordenación de Bhikkshuni, este es un asunto que debe decidir la Sangha. Ninguna persona tiene autoridad para tomar tal decisión. Algunos de mis amigos y colegas han sugerido que, como Dalái Lama, podría dictar un decreto o tomar una decisión, pero esta no es una cuestión sobre la que pueda decidir cualquier persona, sea quien sea. Es un asunto de la comunidad de la Sangha.
Sería útil que este asunto se discutiera en una asamblea internacional de la Sangha. Deben estar presentes representantes de todas las principales tradiciones de Vinaya. La cuestión debería tratarse sobre la base de una investigación y un debate exhaustivos. Si somos capaces de reunir a algunos auténticos estudiosos y buenos profesionales, que tengan una mentalidad más abierta y sean respetados, para debatir a fondo esta cuestión, creo que podremos lograr un resultado positivo.
Saludo a todas las participantes y les pido sinceramente que su conferencia tenga éxito en la realización de formas prácticas de apoyar a las mujeres que buscan la paz interior y, a través de ella, una mayor paz en el mundo.