Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, en su residencia, Su Santidad el Dalái Lama entró en la sala, saludó al público que podía ver en las pantallas que tenía delante y se sentó. Mientras tanto, en el monasterio de Thikse, en Ladakh, Thikse Rinpoché realizó postraciones e hizo una ofrenda de mandala y otros miembros del público se reunieron en el Jokhang de Leh.
«Hoy es el cuarto día del sexto mes del calendario lunar tibetano —anunció Su Santidad—. Es un día auspicioso en el que conmemoramos que Buda Shakyamuni giró por primera vez la rueda del dharma. En primer lugar, repasaremos la parte restante del texto que estuvimos leyendo ayer y luego dirigiré una ceremonia para cultivar la bodichita.
»Como he dicho en otras ocasiones, cuando se trata de un discurso de dharma, no sólo el maestro debe tener una motivación pura, sino que los que le escuchan también deben sentirse inspirados para alcanzar la iluminación por el bien de los demás.
»Hoy en día, en nuestro mundo materialmente avanzado, en el que gran parte del pensamiento está guiado por la ciencia y hay tanto desarrollo tecnológico, podemos preguntarnos cómo es de relevante la religión. La respuesta es que, por mucho desarrollo material que tengamos, por sí solo no nos aporta paz mental. El desarrollo material es necesario, pero también necesitamos paz mental. La paz interior no la producen las máquinas, ni es el resultado de una inyección u otra intervención médica. Para lograr la paz mental necesitamos entrenar la mente. Necesitamos entender qué es lo que perturba nuestra mente y cómo se pueden contrarrestar esas perturbaciones.
»Entre los científicos que he conocido hay quienes tienen poco interés en las vidas pasadas y futuras, pero que consideran intrigantes y útiles la meditación, la compasión, la calma mental y la visión superior.
»Hay muchas tradiciones religiosas en el mundo y entre sus seguidores muchos buscan la paz mental rezando a Dios. Otro enfoque, fomentado en la antigua India, consiste en llegar a comprender el funcionamiento de nuestra mente y nuestras emociones. Este enfoque ha crecido junto con las prácticas de 'karuna', compasión y 'ahimsa', no violencia.
»Apoyado en diferentes ideas filosóficas, el Buda enseñó un método racional para contrarrestar los factores que, arraigados en nuestra actitud egoísta, perturban nuestra paz mental. Las antiguas prácticas indias de compasión y de no violencia tienen que ver con la mente. No se limitan a la conducta física. Hacemos daño a los demás porque nuestra mente es indisciplinada. En el budismo decimos que una mente disciplinada es una mente feliz y una mente indisciplinada es una mente infeliz.
»Todas las religiones enseñan la calidez de corazón, el amor y la compasión, pero el budismo tiene las instrucciones más amplias y profundas para lograr la paz mental. Ustedes, los ladakíes, son seguidores del Buda y mantienen su fe en el dharma sean cuales sean los cambios políticos que se produzcan a su alrededor. En el pasado, los monasterios se ocupaban sobre todo de realizar rituales, pero en tiempos más recientes, muchos monasterios, como el monasterio de Namgyal, aquí en Dharamsala, han seguido mi consejo de estudiar con más rigor.
»Hablamos de tres linajes: el linaje extenso de la conducta, el linaje profundo de la visión y el linaje bendecido de la experiencia. En la tradición sánscrita, tal y como se conserva en el Tíbet y en la región del Himalaya, tenemos un rico patrimonio literario que incluye 100 volúmenes de traducciones de la palabra del Buda, más de 200 volúmenes traducidos de exégesis de maestros posteriores en la India y decenas de miles de comentarios de maestros tibetanos. Tenemos la colección más rica de las enseñanzas de Buda que se pueda encontrar en cualquier lugar. Y en un mundo en el que las mentes de tantas personas están perturbadas, las enseñanzas contenidas en estos libros siguen siendo extremadamente relevantes».
Su Santidad retomó el texto de la Lámpara para el camino a la iluminación y señaló que la calma mental, que permite a la mente centrarse puntualmente en su objeto, también trae consigo la flexibilidad del cuerpo y la mente. Señaló que, puesto que actualmente tenemos la oportunidad de practicar, deberíamos hacerlo. El texto dice: «Mientras las condiciones para la calma mental sean incompletas, no se logrará la estabilización meditativa, aunque se medite denodadamente durante miles de años».
Aclara que el 'shamatha', la calma mental, y el 'vipashyana', la visión superior, no se diferencian por el objeto en el que se centran. Ambos pueden emplearse en el desarrollo de la mente del despertar y la sabiduría que comprende la vacuidad. Sin embargo, aunque hayamos cultivado la compasión y la bodichita, lo que realmente contrarresta el aferramiento a la existencia verdadera es la sabiduría que comprende la vacuidad.
Como dice el texto: «Para eliminar todos los obstáculos a la liberación y la omnisciencia, el practicante debe cultivar continuamente la perfección de la sabiduría acompañada del método». Si la comprensión de la vacuidad va unida únicamente al deseo de alcanzar la liberación, conducirá al estado de arhat de un oyente o realizador solitario. Pero si va unida a la mente del despertar, conducirá a la omnisciencia. Cuando la sabiduría está respaldada por la bodichita, puede superar los obstáculos al conocimiento. Por ello, el texto aconseja vincular la sabiduría con las demás perfecciones: generosidad, moralidad, paciencia, esfuerzo y concentración.
Por la fuerza del cultivo del método,
al meditar en el aspecto de la sabiduría,
alcanzaremos pronto la iluminación; y no
si meditamos solo en la ausencia de «yo». 46
Su Santidad mencionó que su propia práctica se ha basado durante muchos años en el cultivo de la mente del despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad. Por ello, dice que se inspira mucho en tres poderosas estrofas al final del capítulo seis de Ingreso al Camino Medio de Chandrakirti.
Así, mediante la claridad de la luz de la inteligencia, ve,
tan claro como un mirobálamo en la palma de la mano,
que los tres mundos son innacidos de forma primordial
y, en virtud de la realidad convencional, va a la cesación. 6.224
Su mente está siempre comprendida en la cesación,
mas genera piedad por los errantes desamparados.
En adelante, todos los nacidos de la palabra del Buda
y los Budas medianos son vencidos por su intelecto. 6.225
Con las blancas alas del ser en sí y lo convencional extendidas,
este rey de los ánades alza el vuelo al frente de los patos
que son los seres y, empujado por el viento de la virtud, va
al más allá supremo del océano de cualidades de los Victoriosos. 6.226
A continuación, conversó sobre otros tres versos, 34, 35 y 36, también del capítulo seis del mismo texto, sobre los que reflexiona a diario. (Esto se puede estudiar con más detalle en la Clarificación del Pensamiento).
Si su fundamento fueran sus propias características,
al refutar estas, las entidades quedarían destruidas.
La causa de su destrucción devendría una vacuidad,
y eso es absurdo, luego las entidades no existen. 6.34
Si los fenómenos, como la forma o los sentimientos, estuvieran establecidos por sus propias características, esto implicaría que la absorción meditativa de un yogui que perciba directamente la vacuidad de existencia inherente de todos los fenómenos, ya que, al comprender la vacuidad, refuta tal naturaleza de las cosas, esa absorción anhiquilaría los fenómenos, al anhiquilar su modo de existencia. La absorción meditativa no percibe realmente la forma y demás, pero si existieran a través de sus características inherentes, entonces habría de percibir necesariamente tales características. Sin embargo, no lo hace. Por ello, los fenómenos se volverían inexistentes. Si fueran inexistentes, entonces se daría el caso de que lo que existía antes de la absorción meditativa llegaría a destruirse o a cesar. La absorción meditativa se convertiría en la causa de su destrucción. Así que, al igual que los martillos y similares son causas de la destrucción de los jarrones y similares, ver la vacuidad también sería entonces una causa de la destrucción de la naturaleza de los fenómenos, denigrándolos. Pero esto es ilógico, por lo que no existen entidades reales —es decir, en virtud de sus características inherentes— y nunca debemos sostener tal noción de existencia por características propias.
Cuando examinamos bien estas entidades,
aparte de la identidad real de su ser en sí,
no se encuentra nada de este lado, luego la verdad
convencional mundana no debe examinarse. 6.35
Cuando se analizan a fondo fenómenos como la forma, los sentimientos, etc., en términos como «¿surge de sí mismo o surge de otro?», más allá del hecho de que no surgen o cesan en el nivel último —es decir, aparte de la talidad como su naturaleza— no se encuentra nada más, ninguna otra dimensión o extra como el surgimiento, etc. Así pues, la verdad convencional del mundo cotidiano no debe someterse a un análisis exhaustivo en términos como «de sí mismo, de otro», etc. Deberíamos limitarnos a aceptar los hechos de la percepción del mundo, plasmados en afirmaciones como «Si esto existe, eso se deduce». Deberíamos hacerlo sobre la base de la participación en las convenciones que dependen de otros, las del mundo.
Al considerar la talidad, ningún razonamiento
demuestra la generación de sí ni de otro.
Tal razonamiento no procede ni de modo nominal,
¿de qué es, pues, vuestra generación? 6.36
En el contexto de un análisis de la talidad o de la verdad última, ciertos razonamientos que se han presentado anteriormente refutan la generación de fenómenos como la forma a partir de sí mismos o de algo distinto de ellos. Asimismo, también en el nivel convencional, ese mismo razonamiento desautoriza la generación de la forma y demás en términos de características inherentes. Entonces, ¿por medio de qué cognición válida se establece su generación a nivel último? No existe ninguna cognición válida que establezca tal cosa.
«Las cosas seguirán pareciendo tener una existencia objetiva —continuó Su Santidad—, pero la experiencia confirmará que no existen de ese modo. Son como ilusiones. A medida que aumente su experiencia de la vacuidad, también crecerá su experiencia de la naturaleza ilusoria de las cosas. Es un error decir que no existir inherentemente por medio de su propia entidad es equivalente a no existir en absoluto».
Citando un estrofa del texto: «Así como la sabiduría no ve una naturaleza inherente en los fenómenos, habiendo analizado la sabiduría misma por medio del razonamiento, medita en ella de forma no conceptual», Su Santidad animó a sus oyentes a integrar lo que aprenden de la enseñanza en su propia práctica.
Mencionó que entre las escuelas de pensamiento budistas, los particularistas —Vaibhasikas— y los seguidores de los sutra —Sautrantikas— enseñan la ausencia de entidad de las personas. La Escuela de la Mente Única —Chittamatra— niega la existencia externa, pero afrima que la mente tiene alguna existencia desde su propio lado. Los Consecuencialistas del Camino Medio —Prasangikas— afirman que los fenómenos no tienen existencia objetiva en absoluto.
Su Santidad recordó haber informado de su experiencia sobre la vacuidad a Ling Rinpoché, que fue su principal profesor de filosofía. Éste le respondió que Su Santidad había adquirido la percepción adecuada y que en poco tiempo se convertiría en un «yogui del espacio». Su Santidad observó que el cambio no se produce en cuestión de días, sino que puede verse a lo largo de un periodo de años.
Las últimas estrofas de la Lámpara para el camino tratan de la práctica del tantra. Su Santidad reiteró que se basa en la experiencia de la bodichita y la sabiduría que comprende la vacuidad. Cuando se trata del Tantra del yoga superior, no sólo necesitamos la calma mental y la visión superior, sino que hay que emplear las energías internas mediante prácticas como la respiración de nueve vueltas. El Tantra del yoga más elevado implica el uso de los canales, los chakras y las energías. En consecuencia, una vez que se hayan disuelto las 80 concepciones instintivas, 33 relacionadas con la apariencia blanquecina, 40 conectadas con el aumento rojizo y siete involucradas con el logro cercano extra negro, manifestaremos la mente de luz clara.
Atisha afirma que los monjes célibes no deben tomar las iniciaciones secreta y de la sabiduría. Los monjes no toman un mudra o consorte que sea un ser humano, pero sí siguen la práctica de utilizar la energía vital, llevándola hasta el lugar secreto y volviendo a subir hasta el chakra de la corona, desarrollando así la dicha espontánea.
Una vez terminada la lectura y la explicación de la Lámpara para el camino, Su Santidad anunció que dirigiría una ceremonia para cultivar la bodichita. Instruyó a sus oyentes para que visualizaran al Buda en el espacio que tenían frente a ellos, flanqueado a la derecha por Manyushri, que nos ayuda a disipar la oscuridad de la ignorancia, y a la izquierda por Arya Tara, que proporciona consuelo y protección contra la enfermedad durante la época de esta pandemia. Describió otras figuras para incluir en la visualización y dirigió a la congregación en la recitación de los versos para cultivar la bodichita, seguidos de versos de celebración.
Por último, Su Santidad respondió a las preguntas del público. Cuando le preguntaron cómo abordar el extremismo y la polarización que parecen estar tan extendidos en el mundo actual, se refirió en primer lugar a la religión. Afirmó que todas las tradiciones religiosas enseñan las virtudes del altruismo. Servir a los demás requiere compasión y amor. Lo importante, si se elige ser religioso, dijo, es tomarse la tradición elegida en serio. No basta con limitarse a cumplir de boquilla un conjunto de costumbres.
Se refirió a la preponderancia de la democracia, el sistema que nos permite escoger y elegir a nuestros dirigentes, así como exigirles responsabilidades. Cuanto más altruistas sean esos líderes, mayor será el beneficio que aporten. Cuando son meramente astutos y egoístas, hacen poco bien a la comunidad. Concluyó: «Yo soy uno, los demás son muchos; por eso tiene sentido servir a los demás».
Su Santidad aclaró que dentro del gran vehículo de la tradición sánscrita, los seres de tres capacidades, menor, mediana y grande, no son personas diferentes. Se refieren a etapas en el camino.
Invitado a comentar sobre el hecho de que las personas recurran a la bebida y a las drogas en busca de apoyo, Su Santidad declaró que recurrir a la bebida tiene el resultado de limitar nuestra capacidad de emplear la inteligencia natural. La bebida y las drogas pueden dar cierta gratificación a corto plazo, pero a largo plazo, no sólo no ayudan, sino que causan daño. Si nos sentimos infelices, una solución más eficaz es reflexionar sobre los inconvenientes del egocentrismo y laa ventajas de la preocupación por los demás.
Respecto a la existencia convencional de los fenómenos, Su Santidad citó a Choné Lama Rinpoché diciendo: «La dependencia no niega la talidad; el surgimiento no niega la convención mundana». El Buda enseñó el surgimiento dependiente y las dos verdades. Las cosas parecen existir de un modo, esa es su realidad convencional. La realidad última es cómo existen en realidad.
Cuando una joven le confesó que la ira le sobreviene con facilidad y quería saber cómo manejarla, Su Santidad le respondió que la ira es una emoción fuerte, pero que no se basa en la razón. Le recomendó que se preguntara: «¿De qué sirve la ira?». Nos enfadamos por frustración. Sin embargo, no tenemos que ceder al enojo. Vivimos en sociedades de las que dependemos. Si nos enfadamos con nuestros vecinos, seremos los perdedores. Mire los fenómenos desde una perspectiva más amplia, sugirió, y cultive la paciencia. Animó a la persona que le preguntó a que leyera los capítulos seis y ocho, en particular, del libro de Shantideva el Modo de Vida de los Bodisatvas y terminó diciéndole que la ira nunca nos sirve para nada.
Una joven musulmana quería saber cómo explicaba Su Santidad su popularidad entre los seguidores de otras religiones distintas al budismo.
«Quizá sea porque hablo de la importancia de cultivar un buen corazón —le dijo—, que es un tema común a todas las tradiciones religiosas. Todas las religiones enseñan sobre los defectos de ceder a la ira y las ventajas del amor, y yo también hablo sobre ello. Subrayo la importancia de trabajar para fomentar la armonía religiosa. Pero quizás lo más significativo de todo es que sonrío y me río. No me ven con una mirada severa. Pienso en los demás seres humanos como mis hermanos y hermanas, y presto especial atención a la unidad de la humanidad».
Cuando la sesión de enseñanza llegó a su fin, Thiksey Rinpoché dio las gracias a Su Santidad:
«Usted nos ha impartido muy amablemente una explicación de la Lámpara para el camino a la iluminación del Gran Jowo Atisha por internet. En nombre de todas las personas de Ladakh, nos gustaría darle las gracias por su inmensa amabilidad con nosotros.
»Nos gustaría solicitar a Su Santidad que nos visite en Ladakh el próximo año.
»También hay un creciente interés por el Dharma, la lógica y el razonamiento, etc. Esto, Su Santidad, se ha producido únicamente gracias a su amabilidad.
»He completado la construcción del Centro Educativo y la Biblioteca Sherab Kyetsal Ling, donde ahora damos educación gratuita a 300 estudiantes de diferentes escuelas de Ladakh. Asisten a nuestra enseñanza de 45 días sobre ética secular. También hemos preparado un plan de estudios para que las escuelas lo incluyan en su currículo. Los ofrecemos a todos ellos de forma gratuita.
»Por último, rezo para que Su Santidad lleve una vida firme y saludable sin el menor obstáculo. Tashi Delek».