Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana la Sra. Ng Wee Nee dio la bienvenida a Su Santidad el Dalái Lama en cuanto tomó asiento en el estudio de transmisión por Internet de su residencia. Le dio las gracias en nombre de un grupo de budistas asiáticos de Singapur, Tailandia, Malasia, Indonesia, Vietnam y Hong Kong, que habían solicitado las enseñanzas. Explicó que primero un monje del Centro Internacional de Vipassana de Doi Wawee, en Tailandia, recitaría el Mangala Sutta en pali. Después, monjes y monjas del templo Quan Am Cac, en Vietnam, recitarían el Sutra del corazón en vietnamita.
Una vez finalizadas las recitaciones, Su Santidad explicó que un conjunto de diferentes centros asiáticos de Dharma habían solicitado una introducción al budismo basada en el autocomentario de Chandrakirti a su tratado Ingreso al Camino Medio.
«He recibido la transmisión del texto raíz de mi abad, Kyabjé Ling Rinpoché —confirmó Su Santidad—, y la transmisión del autocomentario de Sakya Khenpo Kunga Wangchuk.
»Buda Shakyamuni hizo girar la rueda del dharma hace más de 2.500 años. Sin embargo, también dejó claro a sus seguidores que no debían dar por sentada su enseñanza, sino que debían examinarla como un orfebre comprueba la calidad del oro. Les animó a comprobar que lo que decía era razonable y tendría el efecto de transformar sus mentes.
»La preservación de las enseñanzas de Buda se confió primero a los Siete Patriarcas que vinieron después de él. Sin embargo, en última instancia, fue en centros de aprendizaje como la Universidad de Nalanda donde se mantuvieron vivas. Los escritos de los maestros de Nalanda, entre ellos el Ingreso al Camino Medio y su autocomentario, revelan su gran erudición.
»En el Tíbet del siglo VII, el emperador Songtsen Gampo encargó la creación de un alfabeto tibetano. A pesar de las estrechas relaciones con China, optó por modelarlo según la escritura Devanagari india. Un siglo después, el emperador Trisong Detsen volvió a recurrir a la India cuando invitó al eminente erudito de Nalanda Shantarakshita a establecer el budismo en el Tíbet.
»Consciente de que los tibetanos habían desarrollado su propia lengua escrita, Shantarakshita animó al emperador a organizar la traducción de la literatura budista al tibetano. El resultado fueron los 100 volúmenes del Kangyur, las palabras traducidas de Buda, y los más de 200 volúmenes del Tengyur, la colección traducida de tratados de los maestros posteriores.
»Estas obras traducidas constituyeron la base de la educación budista en el Tíbet. Cuando era muy joven, memoricé el Ingreso al Camino Medio y podía recitarlo en voz alta sin saber lo que significaba. Con el tiempo, al estudiar el texto palabra por palabra, fui descubriendo su significado. Algo característico que heredamos de la tradición de Nalanda es la adopción de un enfoque razonado y cuestionado acerca de los libros que estudiamos. Hoy en día, si puedo, leo todos los días unas cuantas páginas del autocomentario de Chandrakirti, que me impulsa a reflexionar sobre la forma en que existen las cosas. Me inspiran mucho los versos del final del sexto capítulo.
»Así, mediante la claridad de la luz de la inteligencia, ve,
tan claro como un mirobálamo en la palma de la mano,
que los tres mundos son innacidos de forma primordial
y, en virtud de la realidad convencional, va a la cesación. 6.224
»Cualquier objeto de conocimiento que exista tiene dos naturalezas: la verdad convencional y la verdad última, pero ambas se refieren a la misma entidad. Aunque los fenómenos existen en un nivel convencional, si los buscamos mediante la meditación analítica, no encontrarmos nada.
»Los fenómenos parecen tener una existencia objetiva o independiente, pero en realidad no existen así. Nos aferramos a la solidez aparente de los fenómenos. Sin embargo, como aclara el capítulo seis, los yoguis rechazan que los fenómenos tengan algún tipo de identidad propia. No existen en sí mismos. Se emplean varias formas de razonamiento para establecer esta tesis.
»Como he estudiado, reflexionado y meditado sobre la vacuidad durante décadas, abrigo la esperanza de que aún pueda alcanzar la cesación. Como afirma Chandrakirti al principio del Ingreso al Camino Medio, no se puede alcanzar la budeidad sin las dos colecciones de mérito y sabiduría. Por eso, la generación de la bodichita y la comprensión de la vacuidad son mi práctica principal del día a día. Se lo digo para que comprendan que meditar en la vacuidad, el surgimiento dependiente y la ausencia de existencia inherente es eficaz».
Su Santidad citó la segunda estrofa del texto raíz, Ingreso al Camino Medio:
«La compasión es, de esta abundante cosecha de la victoria,
la semilla y, también, para el desarrollo es como el agua.
Se dice que madura en un estado de disfrute duradero,
por eso, yo alabo primero la compasión». 1.2
Señaló que los budistas tradicionalmente rezan por el bienestar de todos los seres sensibles, pero en términos prácticos son los siete mil millones de seres humanos vivos hoy los que podemos ayudar. Explicó que los conflictos en el mundo surgen porque estamos sujetos a emociones destructivas. La ira nos provoca daño. Distorsiona la expresión de nuestros rostros y nos hace adoptar un mal comportamiento. Su Santidad citó unos versos del capítulo tres:
«Genera cuerpos feos y lleva a lugares impuros,
arrebata la inteligencia que distingue el bien y el mal:
la falta de paciencia nos arroja pronto a los reinos inferiores.
La paciencia —opuesta a lo ya dicho— crea las virtudes. 3.7
»La paciencia lo hace bello y querido
para los seres santos. Lo vuelve sabio
en conocer lo correcto y lo incorrecto y, en adelante,
nace como dios o humano y sus faltas se agotan». 3.8
Su Santidad señaló que si promovemos el amor y la compasión, como nos animan a hacer todas las religiones, reduciremos la ira y el odio, lo que supondrá una verdadera contribución a la paz en el mundo.
Pasando al texto del autocomentario de Chandrakirti, Su Santidad señaló que cuando se traducía la literatura budista al tibetano se observaba la convención de empezar citando el título de la obra en lengua india para verificar la autenticidad de su origen. Este libro se titula Madhyamakavatara Bhashyam (Comentario al Ingreso al Camino Medio). Además, los traductores rendían homenaje al principio de la obra, en el caso de los sutras, a los Budas y bodisatvas; en el caso de las obras de conocimiento superior o Abhidharma, a Manyushri; y al Omnisciente cuando el texto trataba del Vinaya. El homenaje en este libro es a Manyushri.
Su Santidad comenzó a leer enérgicamente el texto, haciendo alguna pausa para comentar aquí y allá. Señaló que la enseñanza del Buda se basa en la noción de surgimiento dependiente. También señaló que la gran compasión es muy valiosa. La compasión no sólo es crucial para los practicantes budistas, sino que es esencial en la vida ordinaria. Como seres humanos, si nos mantenemos en paz y nos ayudamos unos a otros, no sólo seremos felices nosotros mismo, sino que además crearemos una atmósfera feliz a nuestro alrededor.
«Cuando tenemos compasión —añadió—, no sólo tratamos de liberar a los seres del sufrimiento, sino que también tramaos de reducir las causas y condiciones que dan lugar al sufrimiento. Por muy profunda que sea nuestra comprensión de la vacuidad, tiene que estar unida a la compasión.
»Pensamos naturalmente en mi cuerpo, mi habla y mi mente, pero ¿dónde está el "yo" que los posee? Cuando buscamos a este gobernador de nuestro cuerpo, habla y mente a la luz de la razón, no lo podemos encontrar. Pienso en mí mismo como uno de los bikshus de Buda Shakyamuni, pero cuando busco el yo de ese bikshu, no lo encuentro. El aferramiento a la sensación de que poseemos un "yo" objetivamente existente y sólido se ve efectivamente socavado por el cultivo de la comprensión de la vacuidad y el surgimiento dependiente».
Cuando hubo leído el comentario a la quinta estrofa del primer capítulo, Su Santidad anunció que dejaría de leer por hoy. Invitó a los asistentes a formular preguntas.
Entre sus respuestas explicó que, cuando hablamos de superar el aferramiento, nos referimos a la idea errónea de que algo existe de forma independiente. La mera aprehensión de un objeto no es lo que hay que superar. A medida que crezca nuestra comprensión de la visión de la vacuidad, dijo, nos obstinaremos cada vez menos a la idea de existencia real de la apariencia sólida de los fenómenos, veremos que los fenómenos no existen en realidad de esa manera como parecen existir. También parecen existir de forma inherente, y llegar a comprender que no existen de ese modo ayuda a reducir el apego.
Se le preguntó a Su Santidad si las dificultades que sufren los refugiados y otras personas en condiciones precarias son el resultado del karma, es decir, de sus acciones del pasado. Respondió que hay que pensar en ello en términos de causas y condiciones. La forma en que se desarrolla un resultado cuya causa es el karma depende no solamente del karma sino también de otras condiciones. Ser amable y estar al servicio de los demás crea condiciones que pueden aligerar la gravedad con la que madura el karma negativo. Su Santidad declaró que culpar al karma de todo lo que ocurre, como si fuera inevitable, es una forma de pensar perezosa. Fue claro al exponer que la confesión y una poderosa práctica del dharma pueden purificar el karma negativo.
Necesitamos combinar la sabiduría con el método. Comprender que los fenómenos no existen de la forma en que los percibimos y que surgen de forma dependiente ayudará a superar el sufrimiento. Los bodisatvas pueden parecer fervientemente dedicados a ayudar a los seres sensibles, pero ese deseo de ayudar no es apego.
Es importante actuar de forma inteligente y no impulsiva. Debemos pensar en el beneficio a largo plazo. Los bodisatvas piensan en cómo pueden ayudar a todos los seres sensibles. Puede haber ocasiones en las que el orgullo esté justificado y no se pueda considerar arrogancia. Mahatma Gandhi tuvo el valor de ser realmente de ayuda a los demás. Martin Luther King y el obispo Desmond Tutu son otros ejemplos de esa valentía, completamente dedicados al servicio de los demás.
Cuando se le pidió que comentara la relación entre la ciencia moderna y el budismo, Su Santidad señaló que la ciencia tiende a centrarse en los fenómenos externos y materiales en lugar de en la conciencia, en lo interior. El budismo, en cambio, ha explorado ampliamente la mente. En consecuencia, aunque los budistas han aprendido sobre el mundo externo de mano de los científicos, es mucho lo que han podido, a cambio, explicarles sobre el funcionamiento de la mente y las emociones.
Por último, en respuesta a una pregunta sobre la mejor manera de curar, en el contexto de la pandemia mundial de Covid-19, Su Santidad declaró que se ha estado investigando mucho. Por lo tanto, es importante seguir los consejos médicos. Reiteró su agradecimiento a todos los que se han dedicado a cuidar de los demás en circunstancias muy difíciles, y mencionó que es importante, por su propio bien y el de los demás, observar las precauciones recomendadas, como el uso de mascarillas en lugares públicos.
La moderadora, la Sra. Bui Mai Chi, dio las gracias a Su Santidad por la enseñanza del día y le dijo que todos los participantes estaban deseando escucharlo de nuevo mañana. La respuesta de Su Santidad fue: «Hasta mañana».