Thekchen Chöling, Dharamsala - Dos grupos de estudiantes se reunieron con Su Santidad el Dalái Lama en la sala de audiencias de su residencia esta mañana. Uno era un grupo de siete, con personal acompañante, de Earlham College, Indiana, EE.UU., que han pasado tres meses estudiando en el Instituto de Altos Estudios Tibetanos - Sarah. El otro consistía en 14 estudiantes que se graduarán de un entrenamiento intensivo de dos años con el Programa de Traductores de Lotsawa Rinchen Zangpo. Estaban acompañados por nueve profesores y personal, así como por sus 14 profesores de tibetano.
Nada más comenzar su discurso, Su Santidad expuso sus cuatro compromisos. Observó que toda la humanidad está integrada en una sola comunidad, y declaró que está tratando de hacer una contribución positiva a esa comunidad promoviendo la importancia de tener una mente compasiva.
«En las partes desarrolladas del mundo, las instalaciones materiales son excelentes y, sin embargo, el estrés, la competencia y el egocentrismo dejan a la gente insatisfecha. Me comprometo a hacer saber a la gente que la fuente última de la felicidad está dentro de nosotros.
»También me comprometo a fomentar la armonía entre las tradiciones religiosas. El conflicto y la violencia en nombre de la religión es impensable. Creer que sólo una religión es verdadera y que sólo hay una verdad es muy miope. En realidad, en el mundo más amplio, tenemos varias religiones y la verdad tiene muchos aspectos. Aquí en la India la armonía interreligiosa es excelente. Las tradiciones indígenas florecen codo con codo con las tradiciones foráneas, lo que constituye un ejemplo admirable que otros deben seguir.
»Desde un punto de vista budista, todas las religiones involucran a los seres humanos y buscan fomentar buenas cualidades humanas como el amor, el perdón, la tolerancia y la autodisciplina. Sus diferentes puntos de vista filosóficos son diversos métodos para apoyar estos principios básicos.
»En tercer lugar, soy tibetano, alguien en quien la mayoría de los tibetanos depositan su confianza. Aunque me he retirado de la responsabilidad política desde 2001 —tenemos un liderazgo elegido que se encarga de eso—, estoy preocupado por el medio ambiente natural en el Tíbet. Debido a su altitud y temperatura fría, es frágil y si se daña tardará más tiempo en recuperarse que en otros lugares. Por lo tanto, es necesario proteger y preservar la ecología del Tíbet.
»Además, me preocupa mantener viva la cultura tibetana. A través de la Tradición de Nalanda se nos introdujo al conocimiento y la práctica de la India antigua, centrada en la no violencia, a una mente serena y una visión profunda de la realidad.
»El primer contacto del Tíbet con el budismo se produjo con la llegada de una princesa china en el siglo VII. Pero, un siglo más tarde, el emperador tibetano decidió introducir el budismo desde la India. Invitó a Shantarakshita, un venerable monje, filósofo y lógico, a visitar el Tíbet. Shantarakshita fue el erudito más importante de su época en la Universidad de Nalanda. Aconsejó al Emperador que iniciara la traducción de la literatura budista india al tibetano. Como consecuencia, la lengua tibetana se enriqueció y ahora es la lengua más cercana al sánscrito. De hecho, el tibetano es el idioma vivo más preciso para explicar la filosofía, la psicología y la lógica budistas.
»Mi cuarto compromiso es tratar de revivir el antiguo conocimiento indio en la India. La educación moderna descuida esta profunda comprensión del funcionamiento de la mente y las emociones, que sigue siendo relevante hoy en día y tiene el potencial de ser muy beneficiosa.
»Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día son obra nuestra. Pensar en los demás en términos de 'nosotros' y 'ellos' conduce a la división y al conflicto, como vimos en las guerras mundiales del siglo pasado y en la invención de las armas nucleares -armas de aniquilación-. El egocentrismo y la falta de visión del mundo como una comunidad conducen a tales circunstancias. Es por eso que necesitamos percibir a la humanidad como unidad.
»Todos estamos envejeciendo, pero en muchos aspectos estaríamos mejor si pudiéramos restaurar la actitud abierta, amistosa y juguetona que teníamos cuando éramos niños. Los niños reconocen naturalmente que todos somos iguales en ser humanos.
»Así como enseñamos a los niños a lavarse las manos y a lavarse los dientes, a hacer ejercicio y a mantenerse en forma físicamente, necesitamos entrenarlos de manera que mantengan la paz mental y enfrenten emociones destructivas como el enojo, el miedo y los celos.
»Esto es lo que tengo que decirles a ustedes, mis hermanos y hermanas. ¿Tienen alguna pregunta para mí?»
Una de las intérpretes en formación preguntó cómo podría utilizar mejor sus nuevas habilidades para sí misma y para los demás. Su Santidad respondió que el contenido de los más de 300 volúmenes de los Kangyur y Tengyur puede clasificarse como de ciencia, principalmente ciencia de la mente, filosofía y religión. Aunque el material religioso sólo interesa a los budistas, los estudiosos y académicos harían bien en examinar la filosofía y la ciencia.
Su Santidad le recomendó que estudiara la traducción de textos relacionados con la ciencia de la mente, prestando atención a lo mental, en oposición a lo sensorial, a la conciencia y a la ciencia de la razón. En particular, la animó a examinar cómo la ira, por ejemplo, destruye la paz mental y cómo la compasión es su antídoto.
Distinguiendo al agente de su acción, Su Santidad señaló que el agente es otro ser humano como nosotros que merece compasión. Es su acción negativa, por otro lado, la que puede requerir que tomemos medidas correctivas. Sin embargo, la solución adecuada al conflicto es entablar un diálogo con nuestro adversario.
Su Santidad aconsejó a los jóvenes que se enfrentaban a problemas inquietantes que utilizaran su inteligencia y observaran la dificultad desde varios ángulos. A menos que se tenga en cuenta la realidad de una situación dada, dijo, es probable que la respuesta sea poco realista. Es necesario tener una visión más amplia.
Cuando le preguntaron qué le hacía reír, Su Santidad observó que los tibetanos en general son gente alegre. Reportó que su madre fue su primera maestra de calidez de corazón, y recordó que ni él ni sus hermanos ni sus hermanas la vieron nunca mostrar una cara de enojo. Considerando que todos los seres sensibles son amables como las madres, Shantideva escribió:
Hoy, frente a todos los Protectores,
invito a los transmigrantes al estado de Sugata
y hasta entonces a la felicidad.
Que dioses, semidioses y demás se alegren.
Su Santidad comentó que cuando otorga iniciaciones, ya no realiza el ritual de ahuyentar las fuerzas que interfieren, porque como seres sensibles merecen ser incluidos en lugar de ahuyentados.
Al ser interrogado sobre Arya Tara, Su Santidad observó que ella representa la encarnación de todas las actividades de Buda, así como Avalokiteshvara encarna su compasión y Manyushri su sabiduría. En tal contexto no debemos considerar a estos bodisatvas como personas individuales o deidades. Podemos rezar a Tara por una larga vida, por la libertad de la enfermedad y la prosperidad, y por el cumplimiento de los cuatro tipos de acciones: pacíficas, expansivas, dominadoras y contundentes.
«En el Tíbet —mencionó Su Santidad—, tendimos a interesarnos más en las enseñanzas especializadas del tantra a expensas del estudio de la estructura general de las enseñanzas. A principios de los años 60, aquí en el exilio, insté a los monasterios y conventos que anteriormente se habían dedicado principalmente a realizar rituales y oraciones a que introdujeran programas de estudio.
»Hace un par de generaciones, un lama comentó que si nos limitamos a recitar mantras, nos arriesgamos a que el resultado se limite a que se nos desgasten las uñas. Las prácticas clave de la estructura general de las enseñanzas de Buda son cultivar la mente del despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad».
Su Santidad destacó tres niveles en la adquisición de conocimientos. En primer lugar, se desarrolla el conocimiento de algún tema escuchando las explicaciones o leyendo sobre ellas en los libros. En segundo lugar, reflexionamos a fondo sobre lo que hemos aprendido, lo que nos lleva a la convicción. Finalmente, nos familiarizamos con esa convicción en la meditación, lo que da lugar a una experiencia tangible.
Su Santidad reveló que Jetsun Milarepa se acercó a un lama que le dijo: «Tengo una enseñanza que te permite alcanzar la iluminación sin necesidad de meditación». Reflexionando sobre su formación en magia negra, Milarepa pensó que debía ser una persona de cierta experiencia. Sin embargo, Marpa, a quien conoció más tarde, le hizo pasar por todo tipo de dificultades antes de introducirlo en las prácticas y enseñanzas a través de las cuales se iluminó.
Como un comentario final, Su Santidad reveló que hace tres días tuvo un sueño con Marpa, su maestro Naropa, el mentor de este último —Tilopa— y Guhyasamaja. Luego se sentó unos minutos más mientras los grupos de estudiantes se tomaban fotografías con él antes de regresar a su residencia.